Esa Diva se metió a Palencia en el bolsillo

Melody en Palencia. Fotografía: Julio Robles
Melody en Palencia. Fotografía: Julio Robles

Melody ofreció un concierto de dos horas lleno de energía y carisma en el Paseo del Salón

El concierto de Melody era uno de los más esperados en las fiestas de San Antolín, y cumplió las expectativas. (Una de las incógnitas: ¿Cantaría El baile de los gorilas? … Sí, lo hizo). El Paseo del Salón se llenó para ver a la artista sevillana, que, tras llegar de México esa misma madrugada, subió al escenario con una energía arrolladora. Con dos horas de show, demostró no solo su carisma y su amplia experiencia sobre las tablas, sino toda su esencia y personalidad. La plaza estaba llena de familias y de niños, de gente de todas las edades para ver a Melody que arrancó el concierto poniendo ya al público a bailar, luciendo un top rosa y con brillantes y una capa negra como complemento.

Melody en Palencia. Fotografía: Julio Robles
Melody en Palencia. Fotografía: Julio Robles

Tras ese comienzo enérgico, llegó el turno de Dabadabadá, con la artista interactuando con el público (hasta el final del concierto se mostró cercana) poniendo a todos los presentes a cantar la canción. Tras otro tema abandonaría el escenario para volver junto a una luna, esta vez con un nuevo look negro de lentejuelas, acompañada de sus bailarines, para interpretar Amante de la luna.

Melody en Palencia. Fotografía: Julio Robles
Melody en Palencia. Fotografía: Julio Robles
Melody en Palencia. Fotografía: Julio Robles

En esa línea continuó con De pata negra, uno de sus temas más conocidos, y regaló su característico helicóptero de pelo, antes de dar paso a su último single, El Apagón, con un buen dancebreak incluido.

El concierto también tuvo momentos más íntimos: Y ese niño, en acústico, y una versión muy emotiva de ¿Y cómo es él?, dedicada a los padres que habían llevado a sus hijos y en especial a Sonia, compañera y amiga personal de la cantante, que subió al escenario emocionada para compartir la canción (pelos de punta en esta parte). Y no fue la única: también Melody invitó a su padre, Lorenzo Molina, a cantar Loco, de Enrique Iglesias y Romeo Santos. Hubo bachata, taconeos y giros sobre el escenario.

Después volvería a repuntar la fiesta con su tema No sé. Tras un solo de guitarra la artista, reapareció con un vestuario rosa con brillantina y la capa negra para encadenar varios temas: Bandolero, La Putukita, Nadie, Bandido, Sobe Son (con subida en moto incluida) y Mujer loba.

El baile del gorila, 24 años después

La recta final se reservó para los dos reclamos más esperados: primero El baile del gorila, que en poco cumplirá 25 años y que volvió a poner a toda la plaza a cantar y mover los brazos; y después Esa Diva, la canción con la que representó a España en Eurovisión este año.

Melody quiso agradecer el apoyo recibido pese a su antepenúltimo puesto en el festival: “Para un artista no hay mayor premio que tener al público de su lado”. Cantó el tema primero a capela junto a la gente, bajó al foso para compartirlo de cerca y cerró desde el escenario entre confeti y un nuevo helicóptero de pelo. El concierto se alargó hasta la 1:30 de la madrugada.

Melody demostró toda su fuerza vocal, su capacidad de espectáculo y su conexión con el público. Habló mucho, a veces demasiado, pero al mismo tiempo demostró tener tablas y personalidad para sostener un directo largo y variado, en el que Palencia respondió con una plaza llena y entregada.

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