Melody ofreció un concierto de dos horas lleno de energía y carisma en el Paseo del Salón
El concierto de Melody era uno de los más esperados en las fiestas de San Antolín, y cumplió las expectativas. (Una de las incógnitas: ¿Cantaría El baile de los gorilas? … Sí, lo hizo). El Paseo del Salón se llenó para ver a la artista sevillana, que, tras llegar de México esa misma madrugada, subió al escenario con una energía arrolladora. Con dos horas de show, demostró no solo su carisma y su amplia experiencia sobre las tablas, sino toda su esencia y personalidad. La plaza estaba llena de familias y de niños, de gente de todas las edades para ver a Melody que arrancó el concierto poniendo ya al público a bailar, luciendo un top rosa y con brillantes y una capa negra como complemento.

Tras ese comienzo enérgico, llegó el turno de Dabadabadá, con la artista interactuando con el público (hasta el final del concierto se mostró cercana) poniendo a todos los presentes a cantar la canción. Tras otro tema abandonaría el escenario para volver junto a una luna, esta vez con un nuevo look negro de lentejuelas, acompañada de sus bailarines, para interpretar Amante de la luna.
En esa línea continuó con De pata negra, uno de sus temas más conocidos, y regaló su característico helicóptero de pelo, antes de dar paso a su último single, El Apagón, con un buen dancebreak incluido.
El concierto también tuvo momentos más íntimos: Y ese niño, en acústico, y una versión muy emotiva de ¿Y cómo es él?, dedicada a los padres que habían llevado a sus hijos y en especial a Sonia, compañera y amiga personal de la cantante, que subió al escenario emocionada para compartir la canción (pelos de punta en esta parte). Y no fue la única: también Melody invitó a su padre, Lorenzo Molina, a cantar Loco, de Enrique Iglesias y Romeo Santos. Hubo bachata, taconeos y giros sobre el escenario.
Después volvería a repuntar la fiesta con su tema No sé. Tras un solo de guitarra la artista, reapareció con un vestuario rosa con brillantina y la capa negra para encadenar varios temas: Bandolero, La Putukita, Nadie, Bandido, Sobe Son (con subida en moto incluida) y Mujer loba.
El baile del gorila, 24 años después
La recta final se reservó para los dos reclamos más esperados: primero El baile del gorila, que en poco cumplirá 25 años y que volvió a poner a toda la plaza a cantar y mover los brazos; y después Esa Diva, la canción con la que representó a España en Eurovisión este año.
Melody quiso agradecer el apoyo recibido pese a su antepenúltimo puesto en el festival: “Para un artista no hay mayor premio que tener al público de su lado”. Cantó el tema primero a capela junto a la gente, bajó al foso para compartirlo de cerca y cerró desde el escenario entre confeti y un nuevo helicóptero de pelo. El concierto se alargó hasta la 1:30 de la madrugada.
Melody demostró toda su fuerza vocal, su capacidad de espectáculo y su conexión con el público. Habló mucho, a veces demasiado, pero al mismo tiempo demostró tener tablas y personalidad para sostener un directo largo y variado, en el que Palencia respondió con una plaza llena y entregada.










