
Cientos de jóvenes, pero menos que en años anteriores, se agolpan ante las taquillas de La Balastera, para conseguir una de las pulseras negras, de las que ya se han vendido unas 8.500
En toda buena romería hace falta: Gente (✅), música (✅), comida (✅), bebida (✅), juegos populares (✅), un prado (〰) y una eucaristía (❌). Viendo los emojis, se puede decir que lo de hoy en La Balastera, la prefiesta de la ITA, ha sido casi una romería.
Porque gente ha habido. Cientos de jóvenes se han acercado hasta las taquillas de La Balastera para hacerse con una (o hasta 10) entradas-pulseras para la fiesta universitaria que se celebrará de aquí en cuatro semanas. Cierto es que este año había menos gente porque como reconocían desde de la organización “se ha notado que el límite de entradas para los estudiantes haya sido más alto. El año pasado, por ejemplo, los de Educación solo pudieron comprar una” en la jornada dedicada a los universitarios. Los de la Etsiiaa, también han visto aumentado su límite, por lo que las 5.000 vendidas en las instalaciones de La Yutera el miércoles no han tenido que venderse hoy.

Así, la cola este año sólo alcanzaba a cubrir el fondo norte del Estadio. Pero había quien fue precavido, preparándose para la romería, llegando casi antes que los barrenderos. “Desde las 7,30 horas”, indicaba el primero de la fila, sujetando una silla plegable, como las de las romerías.
Con tanto tiempo por delante, sin irse tan de madrugada había quien ya avanzada la cola llevaba 6 horas de espera, había que entretenerse para hacer más agradable la espera, o menos tediosa. Así que entre el barullo de jóvenes se podían ver juegos de cartas.
También música, como en las verbenas en los prados. Solo que, por ahora, el prado, el césped de La Balastera, no estaba disponible para esta romería. Pero música había. Gracias a los altavoces portátiles hay quien amenizó (o atronó) la espera de sus amigos y vecinos de cola con su discografía. Incluso hubo quien se atrevió con el micrófono y se improvisó un mini karaoke.
De la comida, poco que decir, estando en Balastera junto a la mayor concentración de restaurantes de comida rápida de la ciudad. Pero las hamburguesas, los trozos de pollo, las porciones de pizza y las raciones de comida mexicana no le quitaron todo el espacio a la comida más clásica de las romerías, empatada con los filetes empanados: la tortilla de patata transportada en fiambrera o tupper. Y para los menos hambrientos, pipas para matar la espera.
Qué decir de la bebida. Cierto es que no había botas… pero si botellas y vasos de cartón. Demasiados para la escueta dotación de papeleras de la zona. Repletas hasta arriba. Así que los servicios de limpieza tendrán que hacer alguna pasada extra por la zona.
Lo que faltaba para ser la Romería completa era una eucaristía campestre y más si de lo que se trata es de festejar al patrono del campo y de los (futuros) ingenieros agrónomos, aunque todos los presentes acabaron ‘comulgando’ ante las taquillas de La Balastera.
Por ahora, tras la venta de las entradas de hoy en las taquillas (que se comieron la cola en unos 30 minutos), ya hay adjudicadas 8.500 pulseras.
El resto, hasta las 12.000 de aforo máximo, se pondrán a la venta a través de internet. Una parte vinculadas a los viajes en autobús desde Valladolid, Burgos, León, Salamanca, Zamora y Santander, y otras libres, según indicaron desde la organización.
Ah, por si faltara algo para ser una romería primaveral, la lluvia también hizo acto de presencia, justo cuando la cola había desaparecido.