Mariano Bustillo saluda después de recibir su distinción por parte de la Aemet. /ICAL

El astudillano lleva 37 años colaborando con los servicios meteorológicos desde su estación de Carralobo, en una provincia que tiene el colaborador más joven y el más longevo de la región

Hablar de meteorología en Palencia y más concretamente de la que trasciende a los medios de comunicación es hablar de y con Mariano Bustillo. Colaborador de varias radios, periódicos, organizaciones agrarias, su actividad trasciende más allá de elaborar y remitir mensualmente, a la prensa palentina, su parte de cómo ha sido el tiempo. Porque su labor supera lo anecdótico, para tomar parte de lo científico.

Mariano Bustillo colabora desde hace 37 años con los servicios meteorológicos del país. Primero, desde 1987, con el Instituto Nacional de Meteorología y, desde 2008, la Agencia Estatal de Meteorología. Distinto nombre para el mismo receptor de sus cuidados datos. Es por ello, que esta mañana ha recibido de manos de la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, el trofeo y el premio nacional de colaboración meteorología, que la Aemet entrega cada año a tres de los casi 3.000 colaboradores que tiene repartidos por todo el país. Y este año, Bustillo, ha sido uno de esos tres gracias a su trabajo desde su observatorio de Carralobo.

Mariano Bustillo en una imagen de archivo (2012) observa los datos de su estación. / Sara Muniosguren (ICAL)

Pero sus datos no se remontan solo a la década de los 80, sino que pueden encontrarse algunos de la década de los 50 como muchas veces recuerdan las efemérides que apunta en el resumen de sus partes.

Otros reconocimientos

“Sus anotaciones diarias amplían los datos obtenidos por los observatorios atendidos por personal de AEMET, una información es imprescindible para realizar numerosas investigaciones y estudios climáticos regionales, comarcales y locales”, ha destacado Barcones.

En el año 1998 le fue concedido a Mariano Bustillo el Diploma como Colaborador Distinguido del Centro Meteorológico, y en 2008 colaboró en los actos de celebración del Día Mundial de la Meteorología con una intervención en la conferencia ‘Observando nuestro planeta para un futuro mejor’, donde narró su experiencia como colaborador y su pasión por la meteorología.

Anemómetro
Mariano Bustillo (Astudillo)
Trasladando los datos obtenidos con su anemómetro a una tabla que le indica la dirección del viento.
Lleva más de 40 años obteniendo datos meteorológicos desde su observatorio de Carralobo.
Observatorio meteorológico de Carralobo
Mariano Bustillo (Astudillo)
Lleva más de 40 años obteniendo datos meteorológicos desde su observatorio de Carralobo.

La estación de Carralobo, además de disponer de garita y pluviómetro, ha sido complementada a título personal con pluviógrafo, barógrafo, termohigrógrafo, heliógrafo y torre de viento, de forma que remite mensualmente los datos obtenidos.
Además, Mariano Bustillo elabora anualmente una memoria con los datos registrados en su estación, con gráficas y un refranero climático mensual.

Otro premiado en Palencia

Además del premio nacional de Mariano Bustillo, otro palentino fue destacado por su colaboración con la Aemet. Se trata de José Luis Merino Rodríguez, de la estación pluviométrica de Quintana del Puente, de la que se hizo cargo en 2004. Esta estación lleva funcionando desde la década de los 50 del siglo pasado.

Foto de familia de los galardonados. / ICAL

Porque se ha distinguido además a un colaborador por cada una de las provincias de Castilla y León. Entorno en el que Palencia destaca por tener el colaborador más joven, con apenas 22 años radicado en la localidad de Revenga de Campos y el más longevo, con 96, en Magaz de Pisuerga, y que lleva colaborando con la AEMET desde 1980 (la estación fue dada de alta en 1934 y lleva registrándose los datos interrumpidamente”.

Estaciones propias:

La Agencia Estatal de Meteorología cuenta en Castilla y León con 10 observatorios dotados de personal propio y 93 estaciones automáticas, 163 estaciones pluviométricas y 79 termopluviométricas atendidas por colaboradores voluntarios, lo que da una idea de la dimensión de esta aportación altruista y su importancia en la investigación sobre el cambio climático. Esta red comenzó a tejerse en 1911 y remite las anotaciones sobre temperaturas y fenómenos meteorológicos al Banco Nacional de Datos Climatológicos, para su procesamiento e interpretación.

En Castilla y León, la estación de Cervera de Pisuerga es la que dispone de la serie más longeva, iniciada en 1912 y con datos hasta la actualidad.

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