Un momento de la representación de Pan Duro

‘Pan Duro’ trata sobre el “Motín del Pan”, acaecido en la Palencia de 1856 cuando, debido a una guerra en Crimea y a las malas cosechas, algunos habitantes de Valladolid, Medina de Rioseco y Palencia deciden reaccionar ante su hambre

El escritor palentino Asier Aparicio ‘‘juega en casa’’ este mes de enero: su obra teatral ‘‘Pan Duro’’ se representará en el Teatro Ortega de la capital palentina el sábado 20 de enero a las 20:00 horas, dentro de la gira que está realizando por todo el país la compañía La Teatrería, en colaboración con la Asociación de Amigos del Patio de Comedias de Torralba de Calatrava. Una gira que está apoyada en el primer premio que precisamente obtuvo el texto en la primera edición del Certamen de Dramaturgias sobre el mundo rural Campo de Calatrava.

La Asociación de Amigos del Patio, en colaboración con la AD Campo de Calatrava, llevó a cabo este certamen con el fin de estimular la creación de textos teatrales y específicamente de dar a conocer textos que aborden, desde diferentes ángulos, la realidad de lo que hoy se denomina la España vacía o vaciada. Al certamen se presentaron un total de 64 textos, llegados de numerosos puntos de España, así como de Polonia, Alemania, Argentina, Méjico, Perú, Chile, Colombia y Puerto Rico.

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Público en el estreno de Pan Duro en Torralba de Calatrava

‘Pan Duro’ trata sobre el denominado “Motín del Pan”, acaecido en la Palencia de 1856 cuando, debido a una guerra lejana en Crimea (actual Ucrania) y a las malas cosechas, algunos habitantes de Valladolid, Medina de Rioseco y Palencia deciden reaccionar ante su hambre y la miseria de sus familias con un motín.

En la obra, el tumulto está abanderado por una mujer, Dorotea Santos, más conocida como “La Cascaja», quien, junto con otros de sus vecinos, principalmente del barrio de La Puebla, decide quemar tres de las harineras de la zona (Once Paradas, Viñalta y San Román). La insurrección acabó con la represión de los insubordinados y un cambio de gobierno a nivel nacional.

Un montaje que este mismo mes de diciembre ha cosechado tres premios más en la XXXII Muestra Provincial de Teatro de Socuéllamos (Ciudad Real): Segundo mejor montaje, Mejor actriz (a Elena Mora, que interpreta a Dorotea Santos, la «Cascaja») y Mejor texto de Dramaturgia.

Asier Aparicio Fernández (1976) nació en el País Vasco, pero desde niño reside en Palencia. Licenciado en Teología y Diplomado en Educación Social, trabaja actualmente como profesor de Lengua y Literatura en ESO y Bachillerato.

Ha escrito 59 obras de teatro: 36 obras cortas y 23 largas, entre las que destacan ‘‘¡Quédate, Mr. Marshall!’’ (Accésit VI Premio de comedia Irreverentes), ‘‘Pan duro’’ (Primer Premio I Certamen ‘Campo de Calatrava’), ‘‘Josefus’’ (Primer Premio IX Parábisis de textos teatrales) y el díptico ‘‘Ex humo/El cordel’’ (Accésit XVII Premio El Espectáculo Teatral).

En la provincia es especialmente conocido por sus seis novelas: ‘‘Las voces y las piedras’’ (novela representativa de Palencia, según El País), ‘‘la espada cincel – ¡Habla, Yacente!”, ‘‘Barcos en la llanura’’, ‘‘Tesela’’, ‘‘El árbol nazarí’’ y ‘‘El ángel sobre las olas’’ (Premio Villiers L´Isle Adam de Novela Fantástica). Y mención especial merece su obra dedicada al público infantil y juvenil, como la saga publicada bajo los títulos ‘‘Las aventuras de Ventolino’’ y ‘‘La era del Oricuerno’’. Tiene, además, dos libros de relatos y dos más de poesía, así como obras publicadas en diversas antologías.

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El escritor palentino, Asier Aparicio se alza con el Premio Parábasis, otorgado por la Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD) de Extremadura, en la imagen posa en el teatro Principal. / Brágimo (ICAL)
El escritor palentino, Asier Aparicio. / Brágimo (ICAL)

Su obra teatral es muy extensa y, sin embargo, ha sido poco representada en nuestra ciudad. Poder traer ‘‘Pan Duro’’ al Teatro Ortega será motivo de orgullo, ¿no es así?

Estrenar una obra tuya en cualquier teatro siempre supone una gran noticia; no es fácil. En Palencia ya he tenido esa suerte: por tres ocasiones el público local pudo disfrutar obras mías en el Teatro Principal, también en Villamuriel. Fueron “Después de las flores”, “Como en el cielo” y “En las vísceras”. Todas ellas fueron levantadas con mucho esfuerzo, por empeño personal, y gracias a la ayuda de alumnos, compañeros profesores y amigos.

La diferencia esta vez es que “Pan duro” está rodando sin mi intervención. Mi texto ganó un premio, sí, pero es el entusiasta trabajo de Antonio Laguna y de su grupo “La teatrería”, de Castilla La Mancha, el que ha hecho posible este regalo.

Después, y puesto que el tema de la obra es palentino, intervino Javier Margareto, quien nos hizo la invitación: «esta historia tiene que conocerla el público palentino; os abro el Teatro Ortega».

Una vez más, apoya la ficción sobre un episodio poco conocido de la historia de Palencia. ¿Qué fue lo que captó su interés de esta pequeña revuelta del siglo XIX?

“Pan duro” habla de Dorotea Santos, una joven de 19 años conocida como la “Cascaja”. Ella y otros tantos palentinos, principalmente del barrio de “La puebla”, protagonizaron el denominado “Motín del pan”, una revuelta que protestaba contra la especulación en el precio del trigo.

Se daba la paradoja de que en los lugares donde se cultivaba, en toda Tierra de Campos, su precio era el más alto, y todo porque el cereal estaba comprometido para las potencias que peleaban en Crimea.

Pero al margen del trasfondo político o económico, me fascinó la potencialidad dramática de esta historia, la fuerza y la pasión de sus personajes, la esencia del teatro en el conflicto puro entre distintas maneras de entender el mundo. Como he dicho otras veces, en lo local encontramos lo universal.

‘‘Pan Duro’’ resultó ganador del I Certamen de Dramaturgias sobre el mundo rural ‘Campo de Calatrava’. ¿Qué reflexión propone esta obra sobre la vida en el mundo rural? ¿Tiene paralelismos con la realidad actual?

La obra plantea una paradoja que seguimos viviendo en nuestro mundo rural: cómo los productores directos de los alimentos esenciales son a menudo los que menos reciben por ellos; ellos ponen los desvelos y el trabajo, y otros, muchas veces muy alejados de su realidad, hacen que los precios fluctúen por “cuestiones de mercado”.

Parece que el mundo está hecho para los intermediarios, y eso no es nada justo. Hoy vivimos esa globalización de lleno, pero ya en el XIX los mercados comenzaban a internacionalizarse. Entonces se rebelaron como sabían, incendiando las harineras; hoy en día la lucha pasa por el consumo, apostar más en nuestras compras por los mercados locales.

¿En qué otros proyectos estás trabajando actualmente? ¿Veremos próximamente nueva novela?

Actualmente, tengo presentadas a concurso otras obras de teatro, a ver si hay suerte… También, con el nuevo año, verá la luz un manual divulgativo (en forma de diálogo) con la historia de la literatura universal, “Conversaciones con Líber”, y un pequeño libro de poemas, “Versos ascetas”.

Por supuesto, siempre hay ideas en la mente, pero habrá que dejar que la calma las vaya materializando.

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