El propietario del restaurante Un Mundo Raro de Barñosera (Palencia),Heriberto García Rodríguez
El propietario del restaurante Un Mundo Raro de Brañosera (Palencia), Heriberto García Rodríguez. / Brágimo (ICAL)

‘Conecta Rural’ es una iniciativa surgida en la Montaña Palentina para atraer a nuevos pobladores a través del empleo o la vivienda

A . Míguez / ICAL

Heriberto es mexicano y llegó a España hace seis años para trabajar, junto a su hermano Gregorio, en un grupo de mariachis. Sin embargo, el destino tenía otros planes preparados para ellos y finalmente decidieron abrir un restaurante mexicano en Renedo de Piélagos (Cantabria). “Funcionó muy bien y comenzamos a buscar por internet otro lugar para poder ampliar el negocio y abrir otro establecimiento. Casi de casualidad descubrimos el pueblo de Brañosera en la provincia de Palencia y nos pareció un lugar espectacular”, recuerda Heriberto.

El municipio palentino les conquistó y prueba de ello es que desde hace cuatro meses se ha convertido en su lugar de residencia. Ahora, tras la barra de su recién estrenado restaurante, se deshacen en elogios hacia sus nuevos vecinos. “En todo momento nos ayudaron. Desde el Ayuntamiento nos facilitaron los trámites para poder emprender. La gente aquí es muy maja e incluso me enseñaron a prender la chimenea”, relata. A día de hoy, su sueño es continuar en Brañosera para poder traer a su mujer e hijos. Reunir a su familia y desarrollar un proyecto de vida es su prioridad pero tampoco descarta abrir nuevos negocios.

Su experiencia fue la que inspiró la creación de ‘Conecta Rural’, una iniciativa impulsada por las localidades palentinas de Brañosera y Barruelo de Santullán y desarrollada por la Fundación Santa María La Real (FSMLR). Un programa que cuenta con el apoyo de la Junta de Castilla y León y que nace con el objetivo de facilitar un lugar de residencia a aquellos que lo necesitan. “Aquí nos sentimos como en casa, aseguró este mexicano afincado en Palencia.

La iniciativa gira en torno a tres pilares: empresa, vivienda y nuevos pobladores para una zona especialmente afectada por la sangría poblacional. Un problema que en la Montaña Palentina comenzó a materializarse con el fin de la minería y que ahora pretende revertirse. ¿Cómo? Pues ofreciéndose a ser el hogar de aquellos que se han visto obligados a dejarlo todo en busca de una oportunidad. “Engloba a perfiles muy diversos y abarca desde soladores, cuidadoras o emprendedores. Esto último es muy positivo porque permite dinamizar la economía de los pueblos. Llegan desde Columbia, Perú o Paraguay pero también hay personas de nacionalidad española interesadas”, explicó el director del área de paisajes y sostenibilidad de la FSMLR, Gumersindo Bueno.

Sin embargo, estos nuevos pobladores se están encontrando con un problema inesperado a la hora de asentarse en la zona norte de la provincia ya que es muy complicado encontrar una vivienda en alquiler pese a haber más de 1.000 casas vacías en la zona. Ante esto, las administraciones han decidido tomar cartas en el asunto y, por ejemplo, el Ayuntamiento de Barruelo ha optado por medidas “drásticas”. Para evitar que acaben convertidas en ruinas, han plateado una modificación del IBI que permita dar salida a los inmuebles desocupados.

“Estamos aprovechando las sinergias que generan las empresas. Hay mucha gente que viene a Palencia con un trabajo pero sin una vivienda para poder instalarse. Buscan que sea un lugar donde sus familias puedan recibir educación o asistencia sanitaria. Nosotros lo que hacemos es facilitar ese asentamiento de la población con todo lo que está en nuestra mano”, explicó el alcalde de Barruelo de Santullán, Cristian Delgado. Lo cierto, es que los datos parecen respaldar este tipo de iniciativas. “Estamos consiguiendo revertir la curva poblacional. En los últimos años, y a diferencia de los que está ocurriendo en el resto del país y de Castilla y León, hemos registrado un leve repunte en el número de habitantes”, puntualizó el alcalde de Brañosera, Jesús Mediavilla.

Ahora, al proyecto ‘Conecta rural’ se ha sumado el centro que San Juan de Dios tiene en Aguilar de Campoo. Este espacio se ha convertido en un aliado indispensable en la recepción y acogida de nuevos habitantes que son, en muchos casos, refugiados que acuden en busca de las herramientas necesarias para iniciar una nueva vida. Gracias a su ayuda, muchas familias han conseguido un hogar. El centro cuenta con una trabajadora e integradora social, una psicóloga, una orientadora, un administrativo, un abogado y un profesor de español. Perfiles todos ellos, preparados para asesorar en los procesos de acogida e integración.

Eso ocurrió con Heriberto y, a día de hoy, su vida sirve de inspiración para quienes necesitan un “pequeño empujón”. Lo sabe bien Fernando Rojas. Él es boliviano y su mujer, Gloria Ester, paraguaya. Tras vivir en lugares como Galicia o Murcia, recalaron en la comarca palentina de la Ojeda. Allí se enteraron de la puesta en marcha del programa ‘Conecta Rural’ y decidieron informarse. Su sueño es poder trasladarse a Barruelo de Santullán y no tardarán en hacerlo ya que ya han visitado varias casas en venta.

“Todos ellos se están adaptando muy bien. Han recibido una gran acogida entre los vecinos y los niños acuden encantados al colegio. Más de 40 personas han pasado por el programa y realmente salen con trabajo y muy contentos”, destacó la coordinadora del centro, Pachi Franco. Se trata, en definitiva, de una iniciativa que surge con el doble objetivo de repoblar el medio rural mientras se ayuda a quienes más lo necesitan. Un proyecto con el que, sin duda, todos salen ganando.

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