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El experto en ciberestafas, Juan Carlos Galindo, advierte de los peligros en internet sobre el tráfico de información y las formas de delinquir cada vez más frecuentes del crimen organizado

En una época en la que nuestro bien más preciado es el teléfono móvil, la dependencia al smartphone nos ha convertido en seres tremendamente vulnerables a las estafas informáticas. Saber reconocerlas puede ser vital si queremos caer en las trampas de los cacos que pretenden acceder a nuestro terminal.

Juan Carlos Galindo es investigador, perito judicial de delitos económicos, tecnológicos y de conducta criminal, así como vocal de la Asoc. Intl. Víctimas del Fraude digital y Ciberestafas, entre otras actividades. Su ponencia titulada ¿Dónde está el dinero?, que pronunció en la sexta edición del CiberDay en Palencia, permite conocer algunas de las claves sobre estos ciberdelincuetes, que operan de una manera súper profesional.

Su último trabajo, Ciberestafas, la historia de nunca acabar es un libro en el que profundiza sobre la conducta de estos ladrones y las formas de delinquir cada vez más frecuentes. Además, es asiduo a distintas tertulias televisivas y radiofónicas.

Juan Carlos Galindo
Juan Carlos Galindo en el transcurso de una conferencia / @jcgalindo_

Es en el año 2015 cuando Galindo fecha que el blanqueo de capitales tiene como delito precedente las estafas digitales, en lugar del narcotráfico, que había sido tradicionalmente. Es decir, que ahora el dinero que malversan los delincuentes es el que han obtenido por medio de estafar a los usuarios a través de internet.

Todo ha cambiado, las estafas ya no son la del “nazareno”, la del “tocomocho” o la de “la estampita”, ahora han migrado hasta el phising, el malware o la falsificación de identidades.

A diferencia de antaño, que había distintos tipos de actividades delictivas en torno a la estafa como la extorsión, la amenaza o el secuestro, ahora los delincuentes utilizan únicamente el medio digital.

“El malo malote”, como Galindo lo denomina, pretende por medio de la técnica del phising, es decir, con mensajes de texto, correos electrónicos o incluso a través de whatsapp, acceder a información personal con la que sustraer el dinero.

Muchas veces, el mismo “malote” es el encargado de advertir de un supuesto problema para no dejar escapatoria a la víctima, de tal forma que nos puede incluso llegar a pedir que transfiramos dinero a una cuenta de seguridad que solo esa persona conoce, “porque el resto están comprometidas”.

Unas técnicas de estafa que incluso pueden tener pasos previos de acumular información de la víctima por medio de la DarkWeb. Los criminales ya no son “lobos solitarios”, sino que son bandas que estafan como manera de obtener financiación directa, “porque el dinero no les cuesta nada”, explica Galindo.

Debido a esto, la Policía Nacional y la Guardia Civil se ven obligadas a introducirse en estas ramas más oscuras de la internet para dar caza a estos delincuentes, aunque Galindo reconoce que “la batalla la estamos perdiendo”, porque aunque las autoridades tumban 10 páginas web, los delincuentes abren otras 10 nuevas para sustituirlas.

En estas páginas, como si fuera un amazon al uso, se encuentran desde drogas, armas a billetes falsificados, que se venden “siempre a través de criptodivisas”. Pueden llegar incluso a comprar cuentas verificadas donde dejar el dinero y que la policía persiga un rastro falso, pero también documentación que les permita adentrarse en distintos países y obtener la información que necesitan.

Así, el crimen organizado trabaja de forma mecánica para “atacar” a las víctimas por medio de distintas técnicas: estafa del amor en redes sociales, fingiendo ser una persona que muestra interés por otra; falsa inversión en cripto o en dólares o yenes, por canales distintos y a perfiles concretos, 24 horas al día.

Testimonios que pueden llegar a dar miedo, pero que conviene tener presente en el día a día. Por suerte, expertos como Juan Carlos Galindo trabajan a diario para evitar estos delitos con la famosa técnica de: si no hay oportunidad, no hay delito. Los datos les avalan y, al menos en España, “tarde o temprano les acabamos pillando”, comenta Galindo.

Al margen de la parte pública, “que llega hasta donde llega”, confiesa Galindo, es importante las entidades bancarias pongan de su parte todas las herramientas de seguridad para evitar que se abran cuentas falsas con entidad falsa y una persona pueda perder su dinero con la apertura de una cuenta online.

Los juzgados ya están condenando a los bancos a devolver el dinero a esas personas que han perdido su dinero por una técnica de phising o de usurpación de identidad. Y los magistrados culpan a los bancos por no disponer de mecanismos contra la delincuencia.

Así que, cuidado con “los malotes” que estafan en internet, es una cuestión de todos. Y a todos nos puede pasar.

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