Depósito de impulsión junto a la carretera de acceso al Castillo de Monzón. / Óscar Herrero

La Diputación encarga a Navas Canalizaciones el sistema de abastecimiento de agua que salve los 60 metros de desnivel de la fortaleza sobre el municipio

El agua era básico la supervivencia de las fortalezas durante la Edad Media. Castillo que no contara con un flujo continuo y seguro del líquido elemento, pocas posibilidades tendría de aguantar un asedio. De superar al enemigo que es el tiempo. Por ello, si el agua no llegaba al castillo, era el castillo el que debía llegar al río, lago o acuífero.

Ejemplos de ello los hay a puñados. Uno de los más antiguos espectaculares es el de la Fortaleza de Saladino en El Cairo. Situado sobre un promontorio, como muchas ciudadelas, se excavó un pozo de cerca de 90 metros de profundidad en la roca para llegar a un lugar donde se filtraban las aguas del Nilo.

En el caso del Castillo de Monzón de Campos, hace décadas que su suministro de agua cayó en el olvido. Justo al tiempo que la vida de la fortaleza que, siendo un Parador Nacional o un establecimiento de hostelería de postín, ha estado cerrada desde principios de los 2000, salvo algunas aperturas para conciertos. Aperturas que, por cierto, volverán a llevarse a cabo este verano con cuatro actuaciones: La primera del 7 de julio, dentro de Allegríssimo de la Diputación.

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Pero para devolver la vida a este BIC, la Diputación, su propietaria, ha ido realizando en los últimos meses mejoras. Primero en la Torre del Homenaje, habilitándola como espacio expositivo y luego devolviendo el suministro eléctrico cortado también desde hace décadas. Pero ya se sabe que sin agua, la vida más allá de jornadas de visita o de unas veladas musicales, está comprometida.

Nuevas instalaciones eléctricas en el Castillo de Monzón. / Óscar Herrero

Y eso es lo que ha pretendido remediar la Institución Provincial que acaba de encargar, las obras para que el agua vuelva al Castillo de Monzón. Que el líquido elemento supere los casi 60 metros de desnivel desde el punto de abastecimiento del agua del pueblo hasta los 814 metros sobre el nivel del mar a los que se ubica la fortaleza.

A diferencia de lo que ocurrió con la fortaleza de Saladino, no serán prisioneros cruzados los que ejecutarán las obras, sino la empresa palentina Navas Canalizaciones. Tampoco será un pozo en vertical, sino que se aprovechará la ladera del Castillo para extender dos redes en forma de zanja. La de abastecimiento de agua, pero también la de aguas residuales, para que lo que suba, pueda bajar.

Impulsión

El castillo de Monzón contaba desde su transformación en un edificio hostelero de un grupo de impulsión de agua ubicado a los pies de la carretera que da acceso a la  fortaleza. Pero hechas las comprobaciones se detectó que ni el aljibe de acumulación, ni las bombas de impulsión estaban como para volver prestar servicio. Tampoco las canalizaciones que subían el agua ni las que lo bajaban.

Antigua canalización bajante de aguas del Castillo de Monzón. / Óscar Herrero
Antigua canalización bajante de aguas del Castillo de Monzón. / Óscar Herrero

Por eso se ha optado por extender estas dos nuevas redes. Comenzando por la renovación del depósito inferior junto a las bombas. Por ejemplo, su aljibe será repintado y adecuado a la normativa actual para aguas de uso humano. La estructura se protegerá para que en caso de fuga en el circuito del Castillo no haya que cerrar el abastecimiento al resto de la población.

Vetusto sistema de impulsión del agua hasta el Castillo de Monzón que ahora se renovará. / Óscar Herrero

Ahora serán dos bombas de 3 Kw (4 C.V.) capaces de elevar cada bomba 10 metros cúbicos por hora, las que se encargarán de suministrar el agua por medio de una canalización posterior de casi 450 metros de unos 7,5 centímetros de diámetro y capaz de soportar presiones de hasta 10 atmósferas.

Y arriba, una vez que llegue el agua, será almacenado en una batería de cuatro depósitos, de 3.000 litros cada uno, hasta un total de 12.000 litros. Una cantidad suficiente de agua para soportar el asedio de un corte de suministro y que permitirá que las bombas no tengan que estar funcionando constantemente, sino sólo cuando las sondas de llenado se lo ordenen.

Bajante.

Utilizando la misma zanja que para subir el agua se colocará la tubería que hará de bajante de las aguas sucias del Castillo, así como de las pluviales, que llevarán acabarán en la misma arqueta que la actual y en desuso canalización colectora, pero renovada.

Vista, desde la muralla del Castillo de Monzón de la ladera, por donde se extenderá las canalizaciones de abastecimiento y recogida de aguas. / Óscar Herrero

El precio de estas actuaciones, que permitirán devolver una vida más extensa al castillo de Monzón de Campos es de 157.890 euros, IVA Incluido. Y el plazo de ejecución será de cuatro meses.

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