Las ruinas del Palacio de los Buendía de Dueñas hablarán: estudio arqueológico y lectura estratigráfica de los muros

Zona en la que estaría el aulario.

Patrimonio-Dueñas

Actuaciones previstas en el Palacio de los Buendía adquirido por el Ayuntamiento de Dueñas en 2019: investigación arqueológica del patio y lectura estratigráfica de los muros

El Ayuntamiento de Dueñas adquirió en el año 2019 el Palacio de los Condes de Buendía con el fin de ampliar el espacio público y dotacional de la localidad.

Lo hizo 7 años después de que se firmara un convenio urbanístico con su propietario, interesado en darle un uso residencial, con la construcción de viviendas.

Se llegó a hablar de un importante proyecto de viviendas «que permita a los ciudadanos de Dueñas disponer de una oferta residencial en un enclave privilegiado como es la plaza principal del municipio». Ni viviendas, ni mejora estética de la plaza.

El pinchazo de la  burbuja inmobiliaria fue lo peor que le podía ocurrir al Palacio, que si ya estaba en mal estado hace una década, cuando empezaron a vislumbrarse estos proyectos residenciales -con los que a algunos se le pusieron los ojos como platos-, ahora puede decirse que es una ruina absoluta, casi casi un montón de piedras en el que difícilmente alguien puede imaginarse que en su día eso fue un palacio.

Una doble actución actuación prevista, las primeras tras la compra del palacio en 2019, será la realización de una Investigación Arqueológica en el Patio de las Ruinas y un estudio arqueológico y la lectura estratigráfica de sus muros.

La investigación arqueológica pretende iniciar el conocimiento sobre las ruinas de un palacio que ha devenido en una avanzada ruina que aún puede ser recuperable para la instalación de servicios municipales. Este trabajo marcará el camino a seguir en las tareas de recuperación de los restos arquitectónicos, con respeto a sus valores históricos y autenticidad.

El Estudio Fotogramétrico y Levantamiento Gráfico de las Ruinas permitirá un conocimiento previo a la intervención, en concreto las fases constructivas a lo largo de su historia.

Ambos trabajos tienen una duración estimada de tres meses.

“El potencial de análisis y la capacidad de organizar los datos histórico materiales en un sistema de relaciones han convertido al análisis estratigráfico de la arquitectura (según el término que los autores prefieren utilizar) en una parte esencial del estudio de los edificios históricos, especialmente dirigida al conocimiento previo a la intervención”, señalan Camilla Mileto y Fernando Vegas de la Universidad Politécnica de Valencia en un artículo titulado El análisis estratigráfico: una herramienta de conocimiento y conservación de la arquitectura.

La estratificación arquitectónica es el conjunto de fases constructivas y periodos de uso que un edificio ha tenido a lo largo de su historia. Las fases constructivas se caracterizan por acciones positivas de construcción, acciones negativas de demolición y acciones transformativas que modifican lo existente. Los periodos de uso que se interponen entre las fases constructivas sucesivas se caracterizan por el desgaste antrópico debido al uso del edificio y por el deterioro natural debido a la acción de los agentes atmosféricos”, añaden.

De la importancia de esta lectura en la rehabilitación habla Miguel Ángel Tabales, doctor en Historia, Sección Arqueología (Universidad de Sevilla) y Profesor Titular de Universidad desde 2006 del Departamento de Construcciones Arquitectónicas. “En la rehabilitación de un edificio histórico el análisis arqueológico de sus paramentos se configura como una de las herramientas principales, suponiendo el montante más consistente en cuanto a información estratigráfica y estructural, superando incluso a la excavación, a los diferentes controles de obra y a los estudios multidisciplinares. La razón fundamental estriba en la lógica de la reparación y el reaprovechamiento histórico de los elementos constructivos hasta bien entrado nuestro siglo”.

Un aspecto a tener en cuenta en la lectura que se realizará en el Palacio de los Buendía de Dueñas es que la arqueología de la arquitectura “no pretende ser una nueva rama de nada, una nueva moda de las que proliferan en los últimos años, ni siquiera un nuevo término para añadir a una lista inútil. Se trata de una manera de gestionar, estudiar y conservar una parte de la Cultura Material de las sociedades pasadas. Las estructuras murarias constituyen, quizás, el patrimonio material heredado más notable y destacado, tanto por su voluminosidad y su significado como por su continuidad funcional”, defiende Juan Antonio Quirós, Catedrático de Arqueología en la Universidad del País Vasco.

“Ante tal riqueza, es evidente que no cabe la definición de procedimientos de análisis monolíticos y lineales, ya que la realidad es compleja y los métodos de estudio deberán adecuarse a las diversas situaciones. Evidentemente, el punto de partida es -como en toda la arqueología científica- el análisis estratigráfico, que permite interpretar en clave histórica los restos materiales, añade en su artículo titulado Contribución al estudio de la Arqueología de la Arquitectura.

El Palacio

El inmueble ocupa una manzana que se extiende a lo largo de toda la Plaza de España y baja hacia el Paseo de la Barbacana.

En total suponen 4.842 metros cuadrados, de los cuales 4.409 son construidos.

Fotos APD. En 2011 se produjo un derrumbe que supuso la puntilla para el Palacio.

El Palacio de los Buendía goza de protección estructural de acuerdo al Catálogo del PGOU, es decir, está sujeto a una protección de su aspecto externo, en su volumen total -sus fachadas y cubiertas-, el ritmo y proporción de huecos y elementos de fachada, la altura de cornisa y tipología general de la misma, en molduras, vuelos, remates de cornisa, las cubiertas, la distribución general tipológica estructural, disposición de accesos, núcleos verticales y sistema estructural básico.

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