Actividad micológica. José Vicente (ICAL)
Actividad micológica. José Vicente (ICAL)

La Cátedra de Micología alerta de la “confianza extrema” de las aplicaciones para identificar setas y rechaza el uso de bolsas de plástico durante la campaña

Desde la Cátedra de Micología de la UVa también desaconsejan el consumo de setas de cardo recogidas en arcenes por las posibles sustancias tóxicas presentes

No todo vale y la tecnología no es infalible, menos con las setas. Desde la Cátedra de Micología de la Universidad de Valladolid (UVa), con sede en la capital palentina, dan la voz de alarma sobre el uso extendido y la “confianza extrema” entre la población de aplicaciones móviles para identificar setas en el campo, ya que pueden dar error y provocar intoxicaciones o problemas médicos. Piden que no se empleen bolsas de plástico a la hora de recolectar, porque se producirá una fermentación anaerobia y esa variedad comestible pueda llegar a producir una gastroenteritis tras ingerirla.

“La gente va con el móvil con varias aplicaciones de identificación de setas y llegan a desconfiar de las personas que les da consejos en el propio campo, al fiarse en su totalidad del veredicto de la app. Me he encontrado a personas dispuestas a recoger alguna variedad tóxica y no fiarse de mí”, afirma el director de la Cátedra, Juan Andrés Oria de Rueda.

Todo se resume en hacer una foto y la aplicación informa sobre la seta en cuestión, pero no calcula bien el tamaño ni otros aspectos claves para evitar sustos. Ocurre así con la macrolepiota, muy buena y que está actualmente presente por los prados en la mitad norte, ya que la grande es la adecuada, mientras que las pequeñitas son muy tóxicas, señala.

“Alguno irá con el móvil y le dirá que es comestible”, como ha ocurrido en Francia, país donde se ha extendido este tipo de métodos tecnológicos y ya se han producido intoxicaciones mortales en mayor número de lo normal, todo ello por una confianza extrema, recalca.

Recomienda preguntar a las diversas asociaciones micológicas existentes en la Comunidad, quien apunta que en la mayoría de zonas donde la recolección de setas supone un motor económico hay mucho conocimiento y pueden asesorar a personas novatas, todo ello también gracias a las jornadas y acciones formativas que llevan a cabo las asociaciones y las diputaciones provinciales.

Bolsas y arcenes

El ingeniero forestal asegura que la gente continúa yendo al campo con bolsas de plástico, ya que cogen las setas comestibles, las guarda y hace un nudo en la bolsa. “No es como otro alimento, porque la seta respira. Con la falta de oxígeno, se producirá una fermentación anaerobia y que esa variedad comestible pueda llegar a producir una gastroenteritis tras ingerirla”, asevera.

Deja claro que no se va a convertir en una seta venenosa que ataque al hígado, pero sí puede sentar mal. De ahí que lo mejor sea acudir con una cesta o una caja de madera para disfrutar y aprovechar de la buena temporada de setas que se cuenta en Castilla y León gracias a las últimas precipitaciones.

En relación a la seta de cardo, que podría denominarse como la más emblemática de Castilla y León, está ligada a la ganadería extensiva, una actividad que se practica cada vez menos, por lo que se reducen los hábitats donde se producen en cantidad esta seta.

Por ese motivo, actualmente salen cerca de las carreteras, porque en los arcenes de las vías se hacen trabajos de desbroce con máquinas y de explotación, lo que les viene bien a los cardos. “Es un poco peligroso por no ser una zona para adecuada para que haya gente recolectando, así como por la posible presencia de sustancias contaminantes o tóxicas en las setas”, subraya.

A nivel autonómico, señala que la temporada se encuentra en buen momento, aunque con diferencias entre zonas y provincias, al encontrase setas de diferentes tamaños y distintas variedades, porque las lluvias de hace una semana no han dado tiempo material y hay zonas en las que se va a retrasar su aparición hasta que lleguen unas heladas más fuertes.

A nivel general, la temporada es buena, pese a la sequía y el calor del verano, porque en septiembre aparecieron muchas setas en septiembre y mediados de octubre, aunque han dejado de salir hasta que venga otro brote. “No salen todas las setas a la vez ni mucho menos”, sentencia Oria de Rueda.

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