Interior de uno de los laboratorios de la Etsiiaa. / Miriam Chacón (ICAL)

La Universidad de Valladolid encarga, para la Escuela de Ingenierías Agrarias de Palencia, un invernadero con protección biológica en el que se experimentará con material biológico especies invasoras

El Campus Universitario de La Yutera tendrá nuevas instalaciones de contención biológica de Nivel 2 (ICS2). La Universidad de Valladolid (UVA) acaba de encargar, por más de 361.100 euros a la empresa murciana Agrocomponentes S.L., el suministro e instalación de un invernadero. Pero no se trata de una instalación agrícola al uso, para proteger a las diferentes especies con las que se trabaja en un ambiente óptimo, sino que este invernadero estará destinado a la investigación, entre otras, del material biológico de especies invasoras. Y claro, no puede permitirse que ese material se extienda sin más por los terrenos palentinos. Será un “invernadero de seguridad con los materiales necesarios para asegurar su funcionamiento”, explica la UVA, con el objetivo de poder seguir desarrollando su labor investigadora en el ámbito forestal, sin riesgos.

Protección biológica para que La Yutera no sea Wuham ni Arklay
Imagen de los invernaderos de la Etsiiaa. / Google Street View

En definitiva, se pretende evitar que Palencia se convierta en el ámbito forestal y en una analogía muy exagerada, en la nueva Wuhan (ciudad china donde se ha dado en poner el punto de inicio del Covid-19), o en el laboratorio de las montañas Arklay, sede ficticia de la que salían todos los males de la serie Resident Evil.

La UVA tampoco quiere que se la considere una Umbrella Corporation, por lo que, ante la necesidad de investigar sobre estas nuevas especies de patógenos forestales, ha propuesto la instalación de un invernadero de contención biológica Nivel 2 (ICS2) para estudios con especies patógenas invasivas (EEII). Se trata del segundo nivel de peligrosidad dado que la escala parte de 1 y llega a 4 en el riesgo mayor.

Riesgos para las especies de dentro o de fuera.

Pero aun no siendo potencialmente peligroso para los humanos, los elementos con los que se investigará sí podrán suponer riesgos para la flora ya que se usará para “la creación artificial de las nuevas condiciones en que se desarrollarán los bosques y cultivos bajo la influencia del cambio climático y las nuevas especies invasivas recientemente introducidas. El dispositivo constituirá un laboratorio equipado para estudiar las condiciones físicas y químicas en las que se desarrollan las plantas ante las futuras condiciones del cambio climático”, explica el proyecto de la UVA, sufragado en parte con los Fondos Next Generation.

Por tanto, lo que interesa es que sea una instalación a la que no entre nada que pueda dar al traste con la investigación; ni salga nada que pueda provocar una plaga.

Etsiiaa Agrarias medalla oro Palencia
Sede de la Etssia, en el Campus de La Yutera.

“A la entrada del invernadero se instalará un sistema de sobre presión para evitar la salida de esporas, polen y diverso material biológico con posibilidad contaminante al exterior, así como la entrada del material externo al invernadero. En cada una de las estancias se establecerán dispositivos para evitar la posible contaminación con el material biológico en cultivo (esterillas con desinfectante, sistemas de lavado/ducha a la entrada de las puertas, equipos de guantes y trajes EPI para el acceso de los trabajadores, contenedores para el almacenaje y esterilización del posible material contaminante, etc.)” se puede leer en el pliego.

Será un invernadero con cubierta de vidrio compartimentado en cuatro módulos, cada uno de los cuales irá equipado con ventilación cenital, sombreo exterior, refrigeración por cooling-system y calefacción.

Con vistas la futuro.

Una de las características de este invernadero-laboratorio, es que estará equipado con “una unidad de producción de CO2, para poder simular futuros escenarios en los que se encontrarán los bosques en un futuro no muy lejano”, afirman desde la UVA.

En cuanto a sus dimensiones, el invernadero NCB2 ocupará un espacio de 200 m² (aprox.), y estará dividido mediante mamparas de vidrio desmontables en 4 estancias similares de 50 m² (aprox.) cada una, con regulación independiente de temperatura, humedad y producción de CO2.

A la instalación se le estima una vida útil de unos 15 años y como condición del contrato, el invernadero debe estar instalado el día 15 de diciembre de 2022.

 

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