Chimenea Velilla
Imagen de archivo del derribo de la Térmica de Velilla del Río Carrión

14 segundos, desde la detonación de 75 kilos de dinamita, es lo que ha tardado la chimenea de la Central Térmica de Velilla en dar con sus 175 metros de altura en el suelo

A las 16 horas de hoy, con puntualidad británica, y tras una cuenta atrás y el “¡fuego!” de rigor, lo que fue la Central Térmica de Velilla comenzó él último de los procesos para perder totalmente su ADN.

14 segundos. Eso es lo que tardó en desaparecer, en desintegrarse, la que, junto a la torre de refrigeración, había sido uno de los iconos de la localidad de Velilla del Río Carrión. La alta chimenea, coronada de rojiblanco, por la que salían los gases de la combustión del Grupo 2 de la central velillense.

Una explosión, la detonación de 75 kilos de dinamita repartida en 228 cargas individuales., según informó Iberdrola; un momento en el que parece que no ocurre nada y 14 segundos en los que la torre, de 175 metros de altura y hormigón, inicia, con entereza, sin partirse, su declive. Impresiona el ruido que hacen las 5.400 toneladas de su masa en su camino hacia el suelo.

Y ya. Porque salvo escombros, poco queda de la que fue durante años, la construcción más alta de la provincia. Imponente desde kilómetros de distancia. Perceptible incluso, con una buena óptica, desde el sur de la provincia pese a estar circundada por los montes cercanos a Velilla.

Hace tiempo que se acabó el carbón. Iberdrola solicitó los permisos para cerrar la térmica de Velilla en 2017 “como respuesta a su decisión de sustituir instalaciones emisoras de CO2 por energías limpias de última generación y liderar así la transición energética hacia un nuevo modelo energético sostenible”, recuerda la eléctrica, vinculada en su origen a la térmica de Velilla, allá por los años sesenta del pasado siglo, a través de Iberduero y Terminor.

Ahora, la multinacional eléctrica, ha cambiado el carbón por el sol y se enorgullece de ser la eléctrica más grande del mundo sin generación de electricidad a partir del carbón.

Desmantelamiento, al 50%.

Con el paso de volar la chimenea, el proceso de desmantelamiento de la central térmica de Velilla se encuentra al 50% y en ellos “colaboran proveedores y 50 profesionales especializados; la mitad de ellos, locales”, recuerda Iberdrola.

El futuro de esos terrenos seguirá siendo la generación de electricidad, pero a partir del sol. El plan de inversión de Iberdrola en Castilla y León prevé la instalación de 1.800 MW verdes en los próximos años. En concreto, “el proyecto de transformación de Velilla incluye la construcción de uno de los mayores complejos fotovoltaicos de la región, más redes inteligentes y movilidad sostenible, proyectos de economía circular y una Plataforma de Innovación Ciudadana para incentivar el emprendimiento”, explica la eléctrica.

Además, anuncia que recientemente, Iberdrola ha obtenido luz verde ambiental para una de sus plantas fotovoltaicas de la montaña palentina, Virgen de Areños III, que con 50 MW de potencia instalada y más de 92.000 módulos, tendrá capacidad para suministrar electricidad a 27.000 hogares y evitará la emisión de 12.000 toneladas de CO2 a la atmósfera. La inversión ronda los 35M€. “Durante la construcción habrá un gran componente local de proveedores industriales, con hasta 250 empleados en períodos punta de trabajo”.

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