Club Balonmano Odisea Palencia
La educación en valores a través del deporte y la creación de comunidad son elementos fundamentales para el nuevo Club de Balonmano Odisea

Un grupo de amantes de balonmano se embarca en la gran aventura de fundar un nuevo club, con un enfoque innovador sobre la educación en el deporte. Y esta es la crónica de su gesta

En su viaje, relatado en La Odisea, Ulises encontró numerosos obstáculos para volver a casa. Dificultades que superó con humildad, esfuerzo y tesón, aprovechando cada aprendizaje que le brindaba el camino. Un viaje en el que, además, conoció aquel juego de Urania, el primero documentado con balón, que se jugaba con la mano principalmente por mujeres.

Sobre estas referencias se ha inspirado el nuevo proyecto deportivo que ha visto nacer Palencia en los últimos dos años, después de la pandemia, y en el que ya están involucradas más de 150 familias.

Y decimos familias (y no jugadores) porque apuesta por un enfoque innovador en el mundo de los deportes de pelota, centrado en la comunidad, en los valores humanos y en la construcción de la persona a partir del trabajo en equipo, más allá del marcador.

El Club Balonmano Odisea surge a iniciativa de un grupo de personas que compartían una inquietud: que otra manera de educar en el deporte era perfectamente posible. Su presidente, José Ramón Juan, es un histórico del balonmano palentino, tanto como jugador como entrenador, pero también como impulsor del éxito del balonmano femenino y la normalización de la igualdad en el deporte.

Club Balonmano Odisea Palencia
Club Balonmano Odisea Palencia

«Llevo en balonmano desde los 10 años. Y llegado este momento sentía, al igual que mis compañeros, que era el momento de iniciar otra etapa», explica. Una andadura que se inicia desde el respeto y la colaboración a los clubes anteriores, pero con la ilusión por hacer las cosas de otra manera.

«La vida son sentimientos… Y nosotros acabábamos una etapa en la que no nos sentíamos bien. Yo no acabé de entrenador de la División de Honor porque llegó la pandemia, y fue un momento de reflexión sobre mi pasado y sobre cómo continuar a partir de ahora».

Un pasado marcado por el legado de entrenadores como Don José María Gómez (y enfatiza el ‘‘Don’’) y del que se lleva también a esas guerreras que a veces se quedaron en el banquillo. Y, sin embargo, con su perseverancia le enseñaron lecciones más valiosas que los tantos que hubieran podido anotar.

«Nos juntamos un grupo de personas que compartíamos esas sensaciones y nos planteamos comenzar pensando en los porqués de este proyecto».

Tan importantes eran esos valores, que dedicaron todo un año, desde el final del confinamiento, a definir la filosofía sobre la que construir el nuevo Club Odisea Balonmano. A partir de todo ese trabajo y sus conclusiones –publicadas, a modo de compromiso, en la web, www.odiseabm.org–, iniciaron un club con el sueño de «hacer del balonmano una experiencia de vida diferente», impregnado por la faceta como maestro del propio José Ramón Juan, pero también de otros compañeros vinculados al ámbito educativo.

Escuela de Balonmano desde la primera infancia

El colegio público Padre Claret ha sido angular en este viaje homérico. Gracias a la colaboración del centro, allí se estableció el puerto en el que atracar el barco y desde el que planificar la aventura: una Escuela de Balonmano que apostara por educar a través del deporte –y no solo enseñar a practicarlo y a ganar partidos– desde muy temprana edad. De hecho, uno de sus proyectos más innovadores es la ‘Escuelita’ para peques a partir de 2 años, que entrenan con sus papás y mamás como parte de una enriquecedora actividad familiar. Y de ahí, hasta la edad adulta.

Porque en ese trabajo fundacional de pensar qué balonmano querían crear, descubrieron que «en Noruega, el 76 % de la población hace deporte». Y, por tanto, normalizarlo en todas las etapas de la vida y para todas las personas es el primer paso de todo proyecto educativo. Por eso, sus equipos de edades más tempranas son mixtos y plurales: chicos y chicas, jugadores que presentan algún tipo de discapacidad, incluso un equipo ‘Plus’ formado por personas de diferentes edades. «Solo nos falta pensar cómo lo llevamos a las personas mayores», agrega.

Club Balonmano Odisea Palencia
Actividades de convivencia que organiza el Club Balonmano Odisea

Este año, además, han iniciado una colaboración con una entidad dedicada a la inclusión de niños y niñas con Trastornos del Espectro Autista y han formado un grupo de entrenamiento con sus usuarios. Y todo ello por el menor coste posible. «Para nosotros, es importante que el dinero no sea un impedimento. Todos los niños tienen su misma equipación, su balón y pagan la cuota más pequeña que hemos podido afrontar», detalla, en un momento en el que todavía no pueden acceder a subvenciones por la escasa antigüedad del club.

« Nos juntamos un grupo de personas que sentíamos que teníamos que hacer una experiencia de vida a través del balonmano, diferente a lo que habíamos vivido hasta ahora»
J. Ramón Juan, presidente

Y, por supuesto, los equipos federados, que compiten con normalidad con el resto de clubes. La diferencia, con ellos, es el enfoque del trabajo. «La competición está ahí, es educativa y es sana. El hecho está en el uso que tú haces de la competición». Así, se inculca el valor del esfuerzo por encima del resultado, se acompaña en lugar de corregir y nadie se queda en el banquillo, especialmente en los niños y niñas más pequeños.

El Club Odisea Balonmano no solo ha zarpado con éxito, sino que está encontrando menos dificultades de las que cabría esperar: la ilusión de su directiva fundadora se ha conseguido trasladar a los jugadores y sus familias, creando una comunidad en torno al deporte, también con entidades colaboradores e incluso con los patrocinadores.

«El primer curso, 2021-2022, nos marcamos como expectativa alcanzar los 50 jugadores, y tuvimos 100. Este año hemos tenido 154», entre las sedes del Padre Claret, el Ave María y el colegio de Grijota.

Lo mismo ha sucedido en torno a los equipos federados: «este año hemos tenido dos y el próximo creemos que saldrán como mínimo 5. Cuando soñamos este proyecto nos marcamos el objetivo de un solo equipo por cada etapa de dos años… Y el año que viene vamos a tener 2 infantiles femeninos».

Un crecimiento que les ilusiona, al tiempo que les genera la responsabilidad de mantener un crecimiento sostenible sin perder el verdadero valor del club: que, como aprendió Ulises, lo importante no es el destino, sino el viaje.

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