Fran Fernández, de la MICP

Fran Fernández defiende que el cine forma parte de la memoria emocional y pone en valor el bagaje de la muestra palentina, que cumplirá 32 ediciones a finales de febrero

Con los recuerdos muy vivos y con el cine bien presente. El coordinador de la Muestra de Cine Internacional de Palencia (MCIP), Fran Fernández, asegura que el sector se enfrenta al individualismo procedente de las plataformas y las nuevas tecnologías, una tendencia que asegura que acabará pasando y el espectador volverá a conectarse a una emoción colectiva del disfrute de una sala. Tras estudiar Arte Dramático y haber sido actor y director de escena, pone en valor el papel del sector en la Comunidad, así como el de los jóvenes, quienes son un aspecto fundamental en la muestra palentina. “Hay que invitarles a participar en actividades concretas”, porque serán claves en los nuevos formatos y visiones de la muestra.

¿Tendría sentido su vida sin el cine?

Obviamente no. La vida de casi nadie no tiene sentido sin el cine, porque forma parte de la memoria emocional de cada uno. Una memoria que te queda cuando eras niño e ibas a la sala. El cine forma parte de la vida de todos.

¿Infancia pegada a la pantalla?

Recuerdo esos tiempos como niño disfrutando del cine. Tengo muy vivos los recuerdos de las primeras veces que fui al cine con mis padres y primos mayores. Son recuerdos vitales.

¿Pensaba de niño que llegaría a ser coordinador de un festival de cine?

A lo mejor sí. He pasado por muchas facetas dentro de lo que supone el arte, en general, y el escénico, en particular, porque yo vengo del teatro y del cine, al ser una de las partes de la profesión que he desarrollado. Desde joven podía tener una mirada hacia ello, porque enfocas sueños e ideas.

¿En qué situación se encuentra el cine en España?

Siempre hay una sensación de crisis continua, pero que nunca es real del todo. Al retrotraernos a la pandemia, nos damos cuenta que este tipo de arte es el que sostiene a la población y la hace sentirse viva y conectada. Yo creo que el cine no está en muy mal momento, pero hay un problema de individualismo en el disfrute del cine, con la llegada de las plataformas y la posibilidad de visionar en casa las películas y no existir un hecho colectivo en las salas de cine. Este hecho le genera al cine, como evento social, una dificultad para mantener los públicos, aunque estoy convencido que son modas pasajeras y habrá rupturas con esos individualismos y la gente volverá a conectarse a una emoción colectiva del disfrute de una sala.

¿Y en Castilla y León?

La Comunidad es muy cinéfila y mucho amor a este arte, con la existencia de festivales como Seminci, un pulmón de cultura, pero también hay otros en Aguilar de Campoo, Medina del Campo, Soria o Palencia, los cuales generan un poso importante de cultura. Es una tierra fría y, en estos lugares, el cine de interior es un espacio de acogida. Castilla y León es una tierra cinéfila y presenta una perspectiva de diversas muestras y festivales. Soy optimista y no pienso que se esté en peor posición.

¿Hacia dónde tiene que mirar el cine?

Las redes sociales y las nuevas plataformas han cambiado la forma de disfrutar y los jóvenes están más cercanos a este movimiento visual a través de un contenido que tienen en la mano en un teléfono móvil o con una aplicación. Es un movimiento diferente al de las generaciones pasadas, pero pienso que son cambiantes. Habrá que esperar su dirección, pero el sector presenta una mirada poliédrica con todo lo que versa en el desarrollo visual.

A finales de febrero la MCIP cumple 32 ediciones. ¿Futuro garantizado?

Nada tiene el futuro garantizado. Todo es tendente a poder caducar, pero la intención para que no ocurra es mantener el evento vivo, porque se hace para que sea transversal a la sociedad. Cuando creas una necesidad de volver a encontrarse para participar empieza a ser permanente. Es cierto que esas permanencias tienen que ser móviles y buscar otras líneas de programación y formatos. La MCIP probablemente perdurará, porque el cine lo hará, pero quizá de otra forma distinta.

¿La Seminci absorbe al resto de citas en la Comunidad?

Siempre es positivo. Tener a Valladolid con un festival tan fuerte sirve de polo de atracción y es algo que beneficia a todos, igual que nosotros a ellos. Lo retroalimenta con los profesionales que pasan por su festival para lograr un contacto. En Castilla y León cada uno mira a lo suyo, pero esa fórmula no es acertada y se necesita una visión de Comunidad para generar iniciativas en común. Hay que buscar polos de unión y la cercanía es positiva.

La edición ha recibido más de 2.000 propuestas de cortos nacionales e internacionales. ¿Palencia se ha hecho un hueco en el calendario?

Es un hueco claro tras los años de trabajo, al ser la cita palentina como festival calificador de los Premios Goya, lo que te ubica en un panorama internacional y ayuda a que las distribuidoras estén pendientes, ya que entienden que sus trabajos en el mundo del cortometraje deben pasar por tu muestra. Es el resultado de una labor de años.

Puesta en valor de los cortos…

Reivindico el cortometraje, porque hay que perfilar el cortometraje como una industria y no como algo que sucede sin darnos cuenta. Se trata de un formato más corto y está más cercano a los tiempos actuales, en los que todo se consume de forma más rápida. Ha llegado el momento de dejar claro que la industria del cortometraje es parte activa del cine, y la MCIP forma parte de ese trabajo.

¿Apuesta por los jóvenes y nuevas tecnologías?

Hay un público más lejano a las salas, pero cercano a las nuevas tecnologías. Creíamos que había que generar algo para que esas personas fueran partícipes dentro del festival con el elemento que usan todos los días, como es el móvil. El concurso ’90 segundos’ está pensado de jóvenes de Palencia y de cualquier lugar con el fin de buscar procesos de cercanía con ellos. No se trata de decirles que vengan, sino de invitarles a participar en actividades concretas en las que se sientan parte del festival.

¿Son el futuro del festival?

El del festival y de todo. Nuestra teoría se centra en observar y generar propuestas para que ese público quiera participar y venir. Los jóvenes serán el futuro del cine, aunque estoy convencido que las tendencias cambiarán y se regresará a las tendencias colectivas y a las salas del cine.

Asociaciones, colectivos y otros festivales. ¿Papel colaborativo como eje fundamental?

Es el ADN con el que nació la cita palentina. La MCIP tiene una mirada del cine como un elemento de transformación social, lo que implica tejer redes sociales para que el cine sea una herramienta de cambio, de reflexión, de reflejo y de crítica. Todo ello para que pueda incorporar a las bibliotecas, CEAS o salas de lectura. No se podría entender la muestra sin el sello social.

-Publicidad-

1 COMENTARIO

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa tu comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí