Granja de faisanes de Jaime del Amo en Santoyo. / Brágimo (ICAL)

‘Conservas AMO’ es una empresa capaz de reinventarse para elaborar productos gourmet en torno a esta ave sin perder la esencia familiar

ICAL

Emprendimiento, medio rural y una mezcla entre innovación y tradición familiar. Eso es lo que mejor define a ‘Conservas AMO’, una empresa ubicada en Astudillo.

Nació hace 30 años de la mano de la familia Aparicio Tejido y, en un primer momento, estuvo enfocada a la venta cinegética. Sin embargo, y con el paso de los años, ha ido evolucionando hasta convertirse en lo que es a día de hoy: una granja donde se crían más de 1.800 faisanes al año para elaborar productos gourmet. “Aquí no hay intermediarios. Nosotros nos encargamos del proceso de producción de principio a fin. Somos todos los eslabones de la cadena”, aseguró Jaime Amo, actual propietario.

Él es el hijo y sobrino de los dos fundadores. “Hace siete años decidí lanzarme a la piscina y emprender esta aventura porque detecté que había un vacío en el mercado y podía funcionar”. Ahora, sus productos son cada vez más demandados y, además de venderse en ciudades como Vitoria, Valencia, Palencia y Valladolid, han llegado a los escaparates extranjeros de países como Holanda.

Productos que elabora con faisán y perdiz. / Brágimo (ICAL)

También la gama de productos que ofertan, que es cada vez más extensa. De hecho, uno de sus objetivos es empezar este año a comercializar un nuevo producto: carne de perdiz escabechada con vinagres de autor en colaboración con la empresa gallega ‘De Vinagres Do Ribeiro’.

Un manjar que se unirá así a la que fue su última creación. Un original paté de perdiz con dátiles, mantequilla y beicon ahumado. Una receta que surgió hace apenas unos meses casi por casualidad pero que ya ha conseguido la aprobación de los paladares más exigentes. “A la gente le sorprende el sabor porque se sale de lo habitual y eso es lo que pretendíamos. Intentamos mantener las recetas de toda la vida pero innovando ligeramente para no perder de vista el crecimiento y la originalidad”, explicó Amo.

En familia

“En general, son productos de capricho y son especialmente demandados durante la época navideña”. Este paté de perdiz se suma a la carta de productos elaborados y distribuidos por ‘Conservas Amo’ como son el faisán escabechado, el paté de faisán y el cocinado a baja temperatura con manzana y pasas. Para cocinarlos, Jaime cuenta con la mejor ayuda posible ante los fogones. Es su madre la que diseña con él las recetas y contribuye a que el resultado final sea el un verdadero éxito.

Ese es uno de los motivos por los que se siente “muy afortunado” pese a las dificultades que supone su trabajo. “Es verdad que es muy esclavo y, sobre todo, en la época en la que los pollitos están recién nacidos porque necesitan atención casi las 24 horas del día. Cuando crecen te puedes tomar un pequeño respiro pero sí que es cierto que requiere de una gran dedicación. Hay que limpiar las instalaciones, llenar de agua los bebederos y dar de comer a las aves”.

Granja de faisanes de Jaime del Amo en Santoyo. / Brágimo (ICAL)

Todo eso hace que el camino, aunque gratificante, no tenga nada de sencillo. Empresas como la suya ayudan a fijar población en el medio rural y contribuyen a dinamizar la economía, no solo de toda esa zona, sino del conjunto de la provincia ya que, en su caso, adquieren las materias primas y el pienso de los animales en negocios palentinos.

“Como todo en la vida, vas aprendiendo a base de golpes y de saber rectificar. La experiencia es un grado y, si echo la vista atrás, me doy cuenta de todo lo que he aprendido. Poco a poco vas descubriendo en qué charcos te puedes meter y en cuáles no”, aseguró Jaime Amo. Hace hincapié en la gran ayuda que supone para las pymes el uso de Internet y las nuevas tecnologías. “Permiten eliminar fronteras y posibilitan que los productos que se elaboran desde una granja de un pueblo puedan distribuirse tan lejos como se desee”.

Granja de faisanes de Jaime del AmGranja de faisanes de Jaime del Amo en Santoyo. / Brágimo (ICAL)o en Santoyo (Palencia)

Pero, ¿cuál es el secreto de su calidad y buen sabor? Para Amo lo esencial es cuidar la alimentación y la calidad de vida de los animales mientras permanezcan en la granja. “Recientemente hemos descubierto que si añadimos trigo al pienso que ingieren, la carne consigue un mejor sabor y una mayor jugosidad. Se trata de una comida elaborada especialmente para faisanes”. Además de la dieta, es importante permitir que las aves puedan volar, caminar y tener esa sensación de libertad. “Aquí en la granja tienen casi 70 metros para poder moverse y eso se nota”, remarcó.

Premios

Ese buen hacer fue reconocido en 2019 cuando recibió el galardón de la tercera edición de los Premios ‘I+D+i: Generando valor rural Provincia de Palencia’, organizados por la Diputación y el Parque Científico de la Universidad de Valladolid.

Además, cuenta con el respaldo de la marca de garantía ‘Tierra de Sabor’ y el club de calidad ‘Alimentos de Palencia’. “Se convierten en un gran aliado y te otorgan un impulso publicitario que, de otra manera, sería imposible de conseguir”, reconoció este empresario palentino.

Granja de faisanes de Jaime del Amo en Santoyo. / Brágimo (ICAL)

Ahora, y una vez que han conseguido cierta estabilidad, su reto es seguir ampliando la gama de productos, aumentar la producción, las instalaciones y el equipo humano. Un futuro lleno de sueños para un joven emprendedor que quiso apostar por el medio rural convirtiendo el arraigo y la tradición en sabores del siglo XXI.

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