Pasecniks ante Tavares, en el partido de esta mañana. // acb Photo V. Carreteros

Los blancos mostraron su inapelable superioridad ante un equipo morado que sólo encestó 5 de 27 en tiros de tres

Puede que fuera el sueño de muchos aficionados palentinos que llevan siguiendo al club desde sus inicios. Ver al Palencia, da igual la denominación comercial u oficial con la que juegue, en la meca del baloncesto español: En el antiguo Pabellón de los Deportes de la Comunidad de Madrid. Y ante el Madrid, en la ACB.

Estadísticas del partido. 

Y ese sueño se hizo realidad para los miles de aficionados morados que trufaron las gradas. Un grupo aquí, otro allá. Con ese acompañamiento, el Zunder Palencia plantó sus reales en el Pabellón de Felipe II.

Y llegó a ir ganando. A ponerse por delante en el marcador en cuanto pudo. Tapón de Kamba a Deck y canasta de Brown. 0-2. Un espejismo. Porque no estuvo el Madrid tan desacertado en los tiros cómo el jueves y se puso rápidamente 11-4, debido a varios ataques sin acierto de los palentinos.

No encontraban forma de penetrar en la zona blanca. Y los tiros, nada claros, tampoco pasaban por el aro. Cambio de jugadores, Pasecniks, Van der Vuurst y Franke, pero sin casi reacción. Y la primera de Tabares en un desajuste defensivo de Pasecniks. Eso sí, devuelta luego con una falta a favor del morado, que solo transformó un tiro.

Pero para entonces el marcador ya reflejaba un 19-7. No le entraban lo tiros exteriores al Zunder. 0 de tres en tiros de tres (que sería 0 de 6 al final del cuarto). Y para más inri, Marco Justo tuvo que recurrir al Instant Remplay para tratar de salvar a Van der Vuurst de una antideportiva. De poco le sirvió, porque tras revisar la jugada, los árbitros mantuvieron su decisión.

Y sin acierto en los ataques y con un Madrid enchufado en los tiros de tres (3 de 8), el marcador se abrió como el ‘abismo de Helm’. 21 puntos, a falta de dos minutos, de diferencia.

Solo VdV parecía saber qué hacer, aunque con jugadas individuales. 6 puntos en el primer cuarto, para dejar el marcador tras los primeros 10 minutos en un 30-11.

Segundo cuarto

Segundo cuarto siguió la misma tónica. Sin acierto en los pases interiores de los morados que solo encestaban tirando de individualidades. Con una defensa sobrepasada por los locales, solo enmendados por Ousmane, que sacó varios robos a los atacantes merengues.

Pero nada era suficiente por parte de los morados que no lograban atajar la vía de agua que eran los tiros de tres con un acierto del 50% de los blancos.

Solo restaba hacer poquito a poquito. De vez en cuando ir metiendo alguna, con dudas desde el tres, acercándose a media distancia, como la de Chumi que llevó al Zunder a superar los 15 puntos del marcador mediado el segundo cuarto. Para entonces el Madrid ya llevaba 40 puntos y se proyectaba por encima de los 100. 42-16 cuando el luminoso señalaba que aún quedaban 5 minutos para el descanso.

Pidió tiempo muerto Justo para tratar de salvar la cara al equipo, que no dejaba de perder balones. 8 hasta ese momento.

Mejoró algo el equipo y llegó la primera canasta de tres del partido para el Zunder, de la mano de Benite. 16 minutos y 11 intentos después.

Pero ante un muro, ante el equipo más en forma del baloncesto español, el Rookie  no podía hacer nada. Ante un Madrid que comenzó a tratar de hacer florituras consciente de que el partido estaba ganado.

El Zunder estaba, en ese punto, perdido. Abrumado por la empresa que tenía que afrontar. “La que nos están dando. Es lo normal, pero…”, decía un palentino en los pasillos interiores. “Pero es que no hemos metido ni un triple”, exageraba. “Bueno, también hay que disfrutar de esto”, le respondía otro ante el 52-25 con el que se llegó al descanso.

Descanso

Como en la primera parte el Zunder paró la primera acometida del Madrid. Pero Deck marcó de nuevo las distancias, desde la línea de 6,75, devuelta, esta vez sí, por Chumi Ortega.

Pero de nuevo, el espejismo. La pérdida del norte. Hasta VdV perdía pases atosigado por la defensa del Madrid, que en ataque se fabricaba jugadas para dejar a sus tiradores solos desde la línea de triple. Por fortuna, el nivel de acierto blanco bajó.

No fue lo único que bajó el Madrid. También la intensidad en sus ataques, conocedor de que el mucho tenía que cambiar el partido para dejar perder su imbatibilidad este curso. Y con varias jugadas sin anotar el Madrid, y un par de robos de los visitantes, la hinchada del Zunder se vino arriba y atronó el Wizink Center. Con poco se conformaba la afición. Con ver disputar. Porque el marcador ya reflejaba un 60-37, merced a un tiro lejano sobre la bocina de Pasecniks.

El caso es que, al menos, ahora el Zunder competía con un Ubal que salió para pegarse con todos, por todos los balones. Y la afición le decía al Madrid: “150… somos más”.

Un arreón del Real Madrid volvió a abrir la brecha hasta los 26 puntos de nuevo con el escaso acierto desde los 6,75 de los palentinos. 1 de 5 para acumular hasta entonces un 2 de 19. Ante el último período, 67-43.

Último cuarto

Periodo en el que el Madrid se dedicó a mantener la renta ante un Palencia negado en los tiros de tres, pero que no dejaba de pelear, pese al marcador, todos los balones. Y hasta con el motor al ralentí le bastó al Madrid para seguir mandando.

Dos minutos del último cuarto y el océano entre un equipo y otro se acercaba a los 30 puntos: 75-47.

Y en esa parte final, comenzó el despliegue de asistencias, de mates, de alley oops, por parte de los locales. Un espectáculo. Y de eso tambien se trata y de esto también va lo de jugar en la ACB, la oportunidad de medirse a los grandes del baloncesto.

Al final, 91-68, cerrado, por cierto, con un tiro de tres de VdV, pese al 18% en los tiros de 3 (5 de 27) y de 63% en los de dos (19 de 30).

Lo que no falló fue, como era de esperar, la afición, que pese a la derrota acabó coreando a los jugadores y al equipo.

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