La larga cola, que alcanzaba tres cuartos de cola, no acabó con las pulseras puestas a la venta por muy poco

Son las 15,50 horas del viernes 5 de mayo y la organización de la ITA Palencia 2023 considera que, aunque falten 10 minutos para hora anunciada en la que se abría taquilla, no vale la pena hacer esperar y sufrir a los miles de jóvenes que se han agolpado ante las taquillas de La Balastera.

Extensión de la cola, que llegó a recorrer tres lados del Estadio de La Balastera. / Óscar Herrero

Pero remontémonos a la fresca mañana. Porque a las 8,15 horas se apostó ante la esquina noroeste de La Balastera el primer grupo de jóvenes con la intención de hacerse con la preciada pulsera que este año es de color amarilla y negra. Detrás de ellos, otros grupo, personas sueltas… la cola fue creciendo y creciendo, (este año a la sombra del Estadio) por el fondo norte para enfilar luego la tribuna este, llegar a la esquina del Arroyo de Villalobón y seguir un trecho por el gol sur. Ahí estaban los últimos, casi dando la vuelta a un tercio del estadio cuando el primero de la cola logró ponerse la pulsera. No era para menos. Había que asegurarse una entrada. Y más después de lo ocurrido el pasado año, cuando las mismas volaron en cuestión de poco más de media hora.

Horas de espera.

Tras horas de espera, en las que algunos, conocedores del reto que supone asegurarse una entrada, se llevaron sillas y mesas, las caras de los primeros propietarios de los brazaletes de tela que dan derecho a estar en la ITA lo decían todo. “¡Al fin!”, decían unos mientras otros ‘juraban’ apretando con rabia las pulseras. “El último tramo se ha hecho duro”, confesaba un joven refiriéndose la esquina de entrada, donde las ansias por entrar en la zona de taquillas hacían que muchos se sintieran ‘enlatados’.

Otros salían y lo festejaban, brazos en alto, como si les hubieran dado la nota de una oposición a juez y la hubieran aprobado.

“Es que es la mejor fiesta”, justificaban unas jóvenes palentinas. “Para una fiesta buena que hay, tenemos que ir”, añadía otra para dar un sentido a las horas de espera. Aunque reconocían que “nos hemos colado un poco”, ahorrándose algunas horas.

Colas para esperar y hacer precampaña.

Con tantas horas de espera, a muchos les dio tiempo para echar una partida, comer… Así que los restaurantes de comida rápida de la zona hicieron el agosto. También trataron de sacar provecho de la gran afluencia de personas a La Balastera, especialmente jóvenes, los candidatos de Vamos Palencia que estuvieron repartiendo propaganda preelectoral en la cola.

Miembros de Vamos Palencia aprovecharon para entregar propaganda. /Óscar Herrero

Y mientras a unos recibían la información o se acababan el helado o la cerveza charlando, por otro lado, otros sacaban tajada y se adelantaban unos puestos debido a lo heterogéneo de la cola, que se asemejaba a un intestino: delgada al final, y ensanchándose y haciéndose grotesca a medida que se acercaba a la taquilla.

Y de eso se quejaban algunos de los pacientes futuros compradores de las pulseras que pedían auxilio ante los ‘colones’ a los miembros del equipo de seguridad. Y salvo el enfado de los asistentes, lo cierto es que esos atajos finalmente no tuvieron repercusión y no hicieron que nadie se quedara sin su entrada, como ratificación de los últimos de la cola en el momento de comenzar la venta. “¿Creéis que vais a conseguir una entrada?”. “Claro que sí. La esperanza es lo último que se pierde” contestaron a un estadio de distancia.

Y la lograron.

La razón es que el aforo se aumentó a 12.000 personas (el año pasado, cuando se acabaron las entradas, se había fijado un aforo de 10.000 que luego se aumentó). Esta tarde 3.000 estaban bloqueadas para la venta Online con paquete de viaje en autobús incluido y la organización calcula que había vendido unas 2.500 ayer a los estudiantes del Campus Universitario de La Yutera, con lo que en las taquillas de La Balastera había unas 6.500 entradas por vender.

Y no, no se agotaron, pero por poco. Apenas unos cientos quedaban cuando Asier, el último de la cola, entró y pidió tres pulseras. Su cola: 0 minutos. Entró casi como un turista a las 18,05 horas. Pero claro, solo unos pocos se arriesgan a quedarse sin una entrada para la ITA 2023.

Asier (de espaldas), el último de la cola entra ante las taquillas para adquirir sus pulseras. / Óscar Herrero

En la WEB.

En la web no se ven las colas, pero a las 17 horas comenzó también la venta de entradas para acudir desde otras ciudades, con el pack de entrada más autobús de ida y vuelta para el día 12 de mayo.

Y a los pocos minutos, los de algunas ciudades se habían agotado. “Desde León ya no hay”, indicaba un miembro de la organización poco después de su puesta a la venta. A estas horas, 19,06 horas, tampoco quedan desde Valladolid, Salamanca, Segovia, Cantabria y solo quedan viajes con entrada desde Burgos, Zamora o Soria.

De hecho, a esa misma hora, la organización señalaba que a través del canal Online se habían vendido más de 2.800 entradas.

Ese canal Online es una de las posibilidades que se barajan ahora para la venta de las pulseras que hoy han quedado sin vender, apenas unos centenares o, por otro lado, habilitar otra jornada para la venta de estas de forma online. Algo que anunciará en su momento la organización, que mantiene su objetivo de llegar a los 12.000 asistentes, aforo máximo permitido por el Ayuntamiento para este evento en el Ribera Sur.

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