Ana Ayuso agradece la generosidad de la familia donante y el trabajo de la ciencia, los investigadores y los profesionales sanitarios

Patricia Martín / ICAL

La risa divertida de la pequeña segoviana Emma, de 17 meses, se cuela por el teléfono ajena al ajetreo de su madre, Ana Ayuso, atendiendo a los medios de comunicación de toda España que quieren contar la historia personal que hay detrás un nuevo hito sanitario: el primer caso en el mundo del trasplante de intestino tras donación en asistolia, realizado en el Hospital La Paz de Madrid. Sobre su hija, Ana afirma: “come, crece, gatea juega y baila tiene calidad que es lo que me importaba como madre”.

Junto a su marido, Daniel Lafora, y, sobre todo, Emma, son los protagonistas de una historia de lucha y superación. “Una luchadora, una campeona”, aseguró Ana Ayuso, porque fue su hija la que les demostró sus ganas de vivir, superando “cada adversidad, intentando conseguir peso para moverse y evolucionar para poder vivir y ella te da la energía suficiente”. Fueron entre ocho y nueves meses en la lista de espera de trasplante multivisceral. “Llegamos al límite”, resumió.

Con tranquilidad y firmeza, relata que la necrosis del intestino delgado de su bebé se lo detectaron antes de nacer, en la semana 32 del embarazo. A las pocas horas de dar a luz, Emma ya pasó por quirófano y les llegó la mala noticia. “Su enfermedad se llama intestino corto. Hay veces que esa pequeña porción se puede rehabilitar pero en ella no había esa posibilidad y tuvo que pasar directamente a una lista de espera de trasplante multivisceral”, subrayó.

Ciencia e investigación

En todo momento recibieron una información muy clara y completa por parte de unos “fantásticos” profesionales médicos. Gracias a la ciencia y la investigación, la fuerza de Emma y la generosidad de una familia que donó el intestino, el estómago y el hígado. Tres órganos para evitar los problemas de rechazo que solían tener los trasplantes de intestino.

Han pasado cuatro meses de la operación que hoy le han contado al mundo entero el grupo de profesionales de La Paz, pertenecientes al Grupo de Malformaciones Congénitas y Trasplante de IdiPAZ, en coordinación con un gran equipo multidisciplinar de varios servicios del centro hospitalario. Emma tiene que tomar inmunodepresores de por vida, algo a lo que su madre quita importancia. Y en unas semanas, abandonará la parte de nutrición parenteral que todavía necesita y que va directamente a su torrente sanguíneo. “Come fenomenal, siempre ha comido por boca, está absorbiendo nutrientes pero aun no es suficiente”, relató su madre.

Ana Ayuso resumió que este éxito médico ha sido posible porque “detrás hay mucha gente, a la que les pongo cara, que están trabajando duramente y todos los días para salvar la vida de un grupo determinado de pacientes y eso es maravilloso”.

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