Un coche de la Policía Local de Palencia por la calle Mayor. / Brágimo (ICAL)
Un coche de la Policía Local de Palencia por la calle Mayor. / Brágimo (ICAL)

Los agentes del Cuerpo Municipal de la ciudad atendieron el pasado fin de semana a seis personas con intoxicaciones etílicas, a alguno acompañándolo a su domicilio

En todos los grupos de amigos y amigas existe la persona responsable, la que controla, la que pone remedio a todos los problemas que surgen cuando la cuadrilla sale de fiesta. Esa que cuando ve a un amigo mal, porque se ha pasado, decide que es el momento de levantar la bandera blanca, tocar a retirada y acompañarle a casa. Mentir a los familiares si se les encuentran por el camino (“ha sido la pizza que le ha sentado mal”) y meterles en la cama y acurrucarle si es preciso. Cuando menos, llamar a un taxi para que asegurar que el “herido” llega a su domicilio.

En el grupo que es Palencia esa labor la ejerce la Policía Local. Es verdad que no te llevan hasta la habitación, te ayudan a recostarte en la cama ni te arropan. Pero poco les falta.

Este pasado fin de semana, los agentes atendieron, al menos, seis intoxicaciones etílicas dentro de su apartado de Atención al Ciudadanos. Las fiestas de la Feria Chica y las ganas de salir de la gente hicieron que el número de personas se incrementaran en la calle, y también el número de personas que no aguantó la bebida ingerida.

De esas seis atenciones, en cuatro los agentes hicieron lo que se espera de ellos: interesarse por el estado de la persona (en varios los casos se habían caído, y en alguna ocasión con heridas), solicitar ayuda médica y acompañarlos hasta que la ambulancia llegue, para seguir con su labor de control en la ciudad.

Pero en dos, la actitud de los policías locales fue más allá de lo que se le supone el deber. Se acercó a la figura del colega que te lleva a casa de madrugada después de la fiesta.

En la madrugada del lunes, a las 02,43 horas, en la C/ La Bondad, los policías auxiliaron a un varón de 69 años que se había caído debido a su estado de embriaguez y causado pequeñas lesiones en la nariz. El hombre, en ese momento, declinó la asistencia sanitaria, por lo que los agentes le dejaron ir.

Sin embargo, hora y media después, vuelve a ser identificado en las mismas condiciones, pero ahora en la C/ Burgos. Al ver su estado, los policías optaron por enviarlo a casa de la forma más rápida. Y como los amigos de la cuadrilla, llamaron a un taxi para que lo llevara a su domicilio, como señala el parte de la Policía Local del pasado fin de semana.

Hasta casa

Dos días antes habían ido más allá. Al ver a las 05,46 horas del sábado, en C/ Valentín Calderón, a un varón de 62 años que se había caído como consecuencia de intoxicación etílica, los agentes decidieron que lo más prudente para la salud del hombre era asegurarse de que llegaba a casa. Por eso, como señala el parte de la Policía Local de Palencia “es acompañado por los Agentes hasta su domicilio”.

Y lo curioso es que, aunque pueda parecer raro, no es, ni mucho menos, la primera vez que hacen esto los agentes: convertirse en el colega que se asegura que llegas bien a casa, incluso abriéndote la puerta con tus llaves.

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