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Variedades de nabo cultivadas en los campos de ensayo del Itagra.

En colaboración con la Diputación y el Itagra, se han realizado estudios de campo sobre cuál es la variedad más adecuada para recuperar este antiguo cultivo en la zona

Monzón de Campos está buscando ya la forma de conseguir una marca de calidad para su nabo. Así lo manifestó durante la presentación de la Fiesta de San Blas y la Jornada de Exaltación del Nabo que se celebra este fin de semana, el alcalde de la localidad, Mariano Martínez. “Ya hemos dado los primeros pasos para crear la marca”, afirmó.

Y el caso es que puede parecer que se ha comenzado la casa por el tejado porque a día de hoy, el cultivo del nabo en Monzón de Campos es casi testimonial. Reducido a la producción familiar y a los hortelanos. Y sin embargo, en colaboración con la Diputación Provincial y con el Itagra, ya se han puesto las bases para que este cultivo que dio sobrenombre a los habitantes de la localidad y que fue desplazado por la remolacha cuando se instauró en Monzón la Azucarera, vuelva a ser una opción para los agricultores.

Es lo que explicó el director del Itagra, Asier Saiz, quien señaló que dentro del programa de colaboración que mantienen con la Institución Provincial, “hemos desarrollado un campo de ensayo”, buscando la mejor época para la siembra. La de la primavera no salió bien, debido a las plagas que sufrió el cultivo por el excesivo calor y la humedad de terrenos de regadío; la de finales de verano, fue satisfactorio según los datos y la cosecha que se acaban de recoger y cuyos resultados que serán publicados en breve.

Datos preliminares

Sin embargo Saiz aseguró que, con los datos preliminares en la mano, “la zona (de la vega) del Carrión es muy adecuada para estos cultivos”. Lo que por ahora no se ha podido lograr es sacar cuál es la variedad que tradicionalmente se cultivaba en Monzón de Campos y que posteriormente se pesaba a bulto. “Conseguir recuperar las variedades clásicas del cultivo de nabo en Monzón es muy difícil porque en las bases de semillas no hemos encontrado la variedad tradicional”.

Pero en cambio han probado con cinco variedades diferentes. Unas alargadas, otras más redondas… Pero nabos en todos los casos. A estas cinco variedades les han estudiado tres variables. El dulzor, la consistencia y la producción.

En cuanto a los “grados Brix, que es el azúcar que tienen los nabos; en todas nos han dado buenos resultados entre 6 y 7 grados brix, lo que facilita su consumo. Esto no llega a ser una remolacha de mesa (9 grados) pero es un producto que también puede ser interesante”, señaló el director del Itagra.

Segunda variable: la dureza del producto, “que sea firme, capaz de aguantar, y hemos obtenido resultados favorables en las cinco variedades”, detalló.

En cuanto al rendimiento, esto es, la producción en toneladas por hectáreas “aquí hemos tenido diferencias. Entre 19 y 32 toneladas por hectárea. Esto puede ayudar a los agricultores a elegir la mejor variedad que cultivar”.

Perfectamente viable

Por todo ello, el director del Itagra, Asier Saiz, manifestó que “es un cultivo perfectamente viable en la zona de Monzón de Campos. Hay cinco variedades entre las que elegir y que el agricultor lo podrá hacer, desde más o menos dulces, con más o menos producción”.

Además, aventuró que aunque “ahora se cultiva a escala personal, su producción a gran escala podría ser interesante. Interesante en el sentido de que puede ser una pieza más de todos los recursos agrícolas que tenemos en Palencia. El Nabo de Monzón puede ser, dentro del puzzle de la provincia, una pieza más, junto a la cebolla de Palenzuela, el Pimiento de Torquemada, la patata de La Ojeda…”.

Algo que haga diferente a Palencia “porque nos podemos vender como productores calidad, y diferenciarnos de productores más al sur de España donde predomina más la producción que la calidad. El nabo va a tener una tendencia positiva. Es saludable, encaja mucho gastronómicamente”, manifestó.

Pero ahora hay que buscar agricultores que se animen a dar el paso y usar sus tierras para recuperar este cultivo tradicional pero casi abandonado. “Nos gustaría unir los cabos de productor-distribuidor y que sean variedades que se adapten al terreno. Estamos también en esa fase y ver si algún productor se une a este proyecto, porque sería lo deseable”, declaró el alcalde de Monzón, localidad que desde mañana viernes pone al nabo en un pedestal gastronómico y festivo, con degustaciones de platos y pinchos elaborados con este producto por los bares del pueblo y con el concurso de la pesada a ojo de los nabos el sábado. 

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