Policía Local

Además, se tuvo constancia de los daños en varias terrazas y de ruidos de fiestas en domicilios

No es, por desgracia, nada nuevo durante los fines de semana en Palencia pero no por ello la rabia de los propietarios que se encuentran sus vehículos dañados es menor por ello. Y este fin de semana la Policía Local ha tenido constancia de que hasta siete vehículos han amanecido con los retrovisores arrancados. Amanecido, porque la actuación de los vándalos se realiza durante la noche, al abrigo de las sombras.

Y este fin de semana actos como esto se han detectado en dos zonas de la ciudad. Por un lado, en la zona de La Lanera, cuando, ayer domingo, sobre las 9,30 horas, los agentes del cuerpo Municipal de Seguridad observaron cómo hasta cinco vehículos frente al centro deportivo de “un autor o autores desconocidos” habían roto los espejos retrovisores de seis turismos estacionados.

Algo que había ocurrido ya unas horas antes, pero en la calle Empedrada de la capital palentina, en la zona de bares nocturnos. Allí, casi sobre las 5 horas se constató la presencia también de un turismo con un retrovisor arrancado, al tiempo que varios destrozos en dos terrazas instaladas cerca y así como una papelera. En ambos casos, la Policía Local de Palencia no dio con los autores de los actos vandálicos.

Ruidos.

También durante el fin de semana se han dado otro tipo de molestias como la de los ruidos a horas nocturnas que impiden el descanso del resto de vecinos, y en uno de los casos con menores implicados.

Así, se denunció al propietario de una vivienda de la calle Gaspar Arroyo después de recibir el aviso por parte de un vecino de los ruidos que se estaban produciendo a las 23,10 horas en el domicilio contiguo. Personados los agentes comprobaron los ruidos procedentes de voces y de la música.

En otro caso lo que los policías locales se encontraron tras el aviso de una presunta fiesta en un domicilio de la calle María Eugenia de Montijo, fue a cuatro menores, entre 13 y 15 años, sin ningún adulto a su cargo. Eran las 1,25 del domingo.

Los agentes localizaron a la madre de uno de los menores, titular del domicilio, para que se hiciera cargo de los menores, “pero al mismo tiempo se realizó un informe para conocimiento de los Agentes Tutores que se harán cargo de las posibles posteriores actuaciones”.

Y en otro de los avisos por ruidos lo que se encontraron los agentes no fue ni menores, ni una fiesta, sino una caldera central que funcionaba irregularmente, por lo que realizaba emisiones sonoras superiores a las permitidas para las 5,25 horas. Ocurrió en un edificio de la avenida Casado del Alisal. Los hechos se pusieron en conocimiento del presidente de la comunidad para que tomara las medidas oportunas.

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