Chumi, en una internada a canasta. / Óscar Herrero

El Zunder Palencia se impone por 30 puntos al Real Valladolid y jugará mañana la final de ascenso a la ACB

Schmidt (11), Wintering (15), Chumi (12), Kostadinov (8) y Kasibabu (17). También jugaron Merlo (0), Germán (4), Manu (8), Kamba (4), Chema (),y McGrew (11)

Allen (4), Pudet (2), Pantzar (0), Kovacevic (7), De la Fuente (7). También jugaron Gantt (4), Torres (9), N’guessan (18), Kuiper (0), Mazaira (2) y Belemene (4)

A un paso. A solo un paso de la ACB. A un paso nada más se ha colocado el Zunder Palencia después de vencer, de una forma más cómoda de lo esperado, especialmente tras el descanso al Real Valladolid.

Comenzó el partido con un retraso de 11 minutos por la lluvia que se filtraba por la cubierta del Coliseum. Y tras el salto inicial, respeto, mucho respeto entre los dos equipos. No era para menos cuando lo que estaba en juego era el pase a la final de la Final 4 y luchar por un puesto en la ACB el año que viene.

Con ello se explica el escaso tanteo con seis minutos jugados con un 8-6.

El juego de los palentinos se basó en el interior y  defendían muy encima los jugadores palentinos. Obligando a los pucelanos a estar muy acertados en sus tiros.

Tambien en ataque los palentinos se mostraron muy solidos debajo de inicio. Con Kasibabu como principal puntal. Anotando y forzando faltas, lo que permitió a los palentinos arrancar puntos, distanciarse en el marcador y además ir sacando faltas a sus competidores. 15-8 a falta de dos minutos para el final del primer cuarto. ¿Habíamos dicho que basó en el juego interior? Pero sin renunciar a los tiros de tres, claro.

Y a falta de 36 segundos, Pedro sacó a Chema González, que se recuperaba de una larguísima lesión. Poco jugó. Y además sin el ritmo del partido porque se paró el encuentro momentáneamente debido a la tormenta y a las goteras del coso burgalés.

Al final del primer cuarto, 19-8. Y las muestras de la recuperación de McGrew, que se mostró mucho más a tono que en los últimos partidos.

Segundo cuarto, con apuros

Un poco a por uvas salieron los palentinos tras el paso por el banquillo. Suerte que los vallisoletanos tampoco estaban demasiado entonados… Pero en un arreón, los del Pisuerga se pusieron a solo cinco puntos, lo que obligó a Pedro Rivero a llamar a los suyos a capítulo. Se habían ablandado en defensa, permitiendo canastas fáciles. Y en ataque, la precipitación hacía mella ante la zona planteada por el Pucela. En cinco minutos, cuatro puntos en ataque y 10 en contra.

Y al contrario de lo ocurrido en el primer cuarto, fueron los palentinos los castigados con las faltas personales. Y los vallisoletanos llegaron a colocarse a tres puntos. Pero Chumi devolvió la ventaja de 6 a los morados. Era una toma y daca porque de nuevo, con un 3 más uno sobre la bocina de la posesión muy protestado, los pucelanos casi tocaron al Palencia. Solo uno de ventaja para los de Pedro Rivero a falta de 1,30 para el descanso. Suerte que de nuevo Chumi sacó la garra y el acierto desde la esquina para devolver la ventaja a los palentinos con un nuevo triple. Habían abandonado los morados cualquier intención de entrar por dentro, donde el Pucela había reforzado líneas.

Al menos en esa fase del encuentro que acabó con cuatro puntos por delante para el Zunder Palencia. 36-32. 12 firmados por Chumi.

El Zunder de las segundas partes

Más despierto arrancó el Zunder. Como en los terceros cuartos a los que nos tenía acostumbrados durante a liga. Y en menos de minuto y medio logró ponerse a 10 puntos gracias a los robos y el acierto en ataque y grandísimas defensas que llevaban a los vallisoletanos a agotar la posesión…

Y la mano de Manu Rodríguez… hoy sí, caliente. Un parcial de 18-6 en cuatro minutos que obligó a Paco García a hacer un receso con el tiempo muerto. 54-38.

Manu Rodríguez lanzando de tres.

De poco sirvió, porque los palentinos se fueron, como mineros, picando y picando en el marcador para ponerse por encima en el marcador con hasta 21 puntos de ventaja. Y hasta los 22.. y los 23…  con los que culminó el tercer cuarto. 67-44.

Kamba defiende una internada vallisoletana.

 

El último acto comenzó con una canasta de Torres, contestada con un robo de Germán y posterior canasta. Pero el Valladolid ya había claudicado. Tiros a destiempo. Sin ganas en ataque. Su temporada había acabado en el tercer cuarto. Lo que quedaba era un suplicio ante un Coliseum en el que solo se oía ya a la hinchada palentina, que disfrutaba con la victoria menos ajustada de lo esperado. Que sí, joder, que vamos a ascender.

Unos 2.000 palentinos apoyaron al equipo en el pase a la final.

Al final 90-60 y a esperar al rival de mañana en el que se juega todo. El todo o la nada, a un solo paso.

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