La Junta concluye las labores de restauración de esta obra del siglo XVIII, por un monto de 130.000 euros

La actuación ha devuelto al retablo su aspecto original, reponiendo las partes necesarias y que eran identificables, aplicando un tratamiento contra xilófagos, una limpieza general del mismo y un tratamiento de sus policromías en los conjuntos escultóricos.

El actual retablo de la iglesia palentina de Frechilla está ubicado en el lugar que ocupaba otro del siglo XV, también de advocación a la Virgen. Es una obra barroca realizada en madera sin dorar por Juan Manuel Becerril en 1773, adaptado a la cabecera de la iglesia. Consta de banco, dos cuerpos y ático semicircular a modo de cascarón.

Se divide en tres calles separadas por diez grandes columnas de orden corintio y otras ocho de menor tamaño, en este espacio se disponen catorce imágenes de bulto redondo. Corona el ático una Santísima Trinidad y una esbelta tarjeta de talla que sobresale dos metros por encima del arco. El retablo es de planta poligonal, apoyado sobre zócalo con marmolizados.

El estado de conservación, que ha motivado la intervención, se caracterizaba por los daños sufridos a consecuencia del natural envejecimiento de los materiales, especialmente la acción de xilófagos, acumulación de suciedad y polvo que afectaba de forma general al conjunto de la obra. La intervención ha supuesto una inversión total de 133.954 euros, cofinanciado con Fondos Feder.

Ha sido realizado por la empresa UTE Restaurograma Hispania S.L.U.-Batea Restauraciones’, que fue la adjudicataria hace justo un año. El retablo está realizado sobre un soporte de madera de conífera ensamblada, tallada y en blanco o madera vista, y las esculturas son figuras de bulto redondo policromadas. Previamente había sido analizado por el Centro de Restauración que la Junta tiene en Simancas.

Descripción del templo

El templo actual sustituye al original que se incendió en febrero de 1533 y se construye en la misma ubicación, desestimando el proyecto de Gil de Hontañón que proponía hacerlo en otro lugar. Juan de Escalante y Alonso de Pando comenzaron las obras del nuevo edificio, teniendo como referencia las portadas y muros de la iglesia de San Esteban de Castromocho, de Rodrigo Gil.

En 1620, el proyecto fue cambiando y finalmente comenzó la construcción el arquitecto Francisco de Praves, con alguna ampliación propuesta por Juan Gutiérrez del Pozo. Los canteros Juan del Pozo y Francisco de Buega completaron el trabajo con un resultado marcadamente clasicista.

Su interior dispone de una amplia nave con pilastras adosadas y se cubre con bóveda de cañón con lunetos en la nave central, y de cañón en las capillas hornacinas. La Capilla Mayor fue rehecha en 1751 por Fray Antonio de San José Pontones y se cubre con cúpula rebajada, oval, adornada con yeserías. La sacristía la realiza Martín de Quintana en 1680 y se cubre con cúpula oval. El Coro, a los pies, fue construido por Francisco Tejerina en 1630. La torres, de seis cuerpos de altura, los cuatro primeros en piedra, y los restantes de ladrillo. La iglesia tiene tres portadas: la del Evangelio, gótica, de finales del XV, estilo Reyes Católicos; la de la Epístola, plateresca, con medallones de San Pedro y San Pablo, en las enjutas, y la de los pies, barroca, de principios del XVII.

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