acb Photo / V. Quintana

Los palentinos fueron de menos a más y llegaron a tener la canasta que les diera la victoria en la prórroga (83-84)

Zunder Palencia 83:

Ortega (4), Brown (21); Benite (10); Pasecniks (-) y Leissner (9). También jugaron Franke (17), Haarms (13), Van der Vuurst (8); Ubal (0)

FC Barcelona 84:

Da Silva (0); Kalinic (4); Satoransky (9), Hernangómez (21) Laprovittola (20). También jugaron Jokubaitis (4); Abrines (9); Brizuela (0), Parra (9); Paulí (0); Parker (8); Nnaji (0)

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Poco se ha dicho. Un día histórico. Muy histórico. Porque si hace una semana el Zunder Palencia se estrenaba en la ACB, hoy ha sido el pabellón, los 5.000 aficionados palentinos, la ciudad de Palencia la que se ha puesto de largo para recibir, por primera, vez la magia del baloncesto del más alto nivel nacional. Y contra un equipo que trasciende las fronteras de la liga española y disputa la Euroliga. El FC Barcelona.

Y ese ambiente especial se notaba ya incluso horas antes del comienzo del choque. Porque había fan zone, porque los bares en torno al Pabellón estaban a rebosar. Porque el morado se había hecho con todo… Porque la afición coreó como nunca hasta ahora los nombres de sus jugadores, de los guerreros que representan al Zunder Palencia. Porque sonó el himno de Palencia para enardecer más a la parroquia local. Porque los ánimos, pese a lo complicado de la empresa, estaban altos. Muy altos. Tanto como voló el balón en el saque inicial con el que a las 19 horas la historia se condesaba en un momento. El Zunder Palencia jugaba como local en la ACB.

A diferencia de lo que ocurrió en que en Santiago, el Zunder comenzó algo más enchufado, especialmente en defensa, porque en ataque encadenó los dos primeros ataques en agua, lo que llevó al Barcelona a ponerse con una ventaja de 0-5.

 

Empezaron a creer los locales que algo se le podría hacer al todopoderoso Barcelona que le rebaña a Chumi una entrada a canasta. Un vacileo de Hernangómez al capitán palentino. Pero sí, se le podía plantar algo de cara. Tanto que con dos defensas fuertes y ataques acertados los locales se pusieron a solo uno.

Un espejismo momentáneo, porque Laprovittola sacó su magia. Se notaba que es un equipo superior y mucho más rodado, donde hasta los amagos de caída les benefician. También en las jugadas controvertidas, donde si hay dudas… ya se sabe, al grande.

Aun así, los palentinos, con sus fallos y pedidas en ataque fueron remando y remando. Atacando fuerte, provocando faltas. No era el equipo timorato de Santiago. No. Se le veía más desparpajo.

Así que cuando el Barcelona sacó de la cancha al equipo de gala, los palentinos, sin tener tampoco en cancha a los llamados a reventar el partido, se pusieron a solo un punto, diferencia con la que se llegó al final del primer cuarto: 18-19.

Segundo cuarto

Ese desparpajo, esa confianza, se tradujo en que a pocos minutos de la reanudación el Zunder le empataba al Barça.

No le dejaban los palentinos jugar cómodos a los catalanes, cortándoles las jugadas interiores que ahora si sabían leer, con arrestos en defensa, sin dar por perdido ni un balón. Ya no se escapaba ni Hernangómez de la presión local.

La mala noticia llegó con la tercera y rigurosa falta pitada a Pasecnick a falta aún de 25 minutos de juego.

Aún así se llegó al ecuador del segundo cuarto con 6 de desventaja. 23-29.

En un periodo de indefiniciones cayó el partido. El Zunder defendía muy bien, parando los ataques catalanes, pero atacaba muy mal. Con fallos en bandejitas, entradas solitarias al contraataque, con tiros que saca un compañero, malos pases… (al descanso, ocho pérdidas) porque eso no se borro de Santiago. Tampoco los fallos en los tiros de tres: al descanso 3 de 16: un 18,8%. Ni en los de dos: 5 de 17 y un porcentaje por debajo del 30%.

Pero se seguía remando ante la tormenta perfecta del Barcelona. Al descanso, llovía, pero no tanto. 25-34. Un tanteo, bastante bajo.

Tras el descanso

Tras el parón, el Zunder volvió enchufado. Pudo parar las arremetidas del Barcelona con unas defensas intensas, que acababan en fallo de los catalanes o en robo de los morados. Y en ataque el Zunder se destapó, con un balance anotador de 15 puntos en menos de cuatro minutos, para ponerse a solo uno de los visitantes. 40-41

No iba de farol el conjunto palentino que obligó con su remontada a Grimau a pedir tiempo muerto, el primero del partido.

Era ahora cuando al Barcelona le entraron las dudas. No le entraban las canastas. Cuando el Palencia se puso por delante. 42-41. Cuando la rabia contenida de la afición llevó en volandas en esa fase al conjunto de Marco Justo. Y cuando Pasecniks volvió al banquillo por su cuarta falta a 5 aún para acabar el tercer cuarto.

El juego se trabó de nuevo. A los visitantes les costaba la vida encestar. Hasta en tres ocasiones tuvo que tratar de meterla para empatar el partido a 43. Un arreón azulgrana volvía a dar la ventaja a los visitantes: 43-46 para dar paso a lo nunca antes visto en Palencia: el Instant Replay, aunque no sirvió para nada, porque los árbitros no pudieron ver bien la jugada.

Los árbitros consultando el Instant Replay.

Ese parón le vino bien al Barcelona que en nada se puso cinco arriba. Pero el Zunder iba a luchar hasta el final. Hasta el final de la posesión y del cuarto, cuando a dos segundos sacaba de banda, el balón le llegó a Haarms que en la línea de tres no sabía muy bien que hacer. Lanzó a tablero y entró.

Sí se puede

Tres por debajo y el pabellón gritando ¡Sí se Puede!. 48 50

Y entonces es cuando Chumi, tras la reanudación roba el balón y logra el empate a 50. La caldera palentina, y no solo por el intenso calor, se puso a borbotear.

Con defensas avasalladoras del Zunder, que cerraban las puertas interiores de los azulgranas, hoy de amarillos. Y ante el abrumador “Palencia, Palencia” de la grada el Zunder rascaba pírricas ventajas. De nuevo empate, a base de tiros libres. Eterno el partido. A falta de 5 minutos 56-55.

Tan crecido estaba el Zunder que hasta se atrevió con los dos Alley oop seguidos: Van der Vuurs a Harms y de Brown a Kamba. 61-55. El sueño era posible. Ya lo estaba siendo. Mantener el dedo en la oreja del campeón de liga hasta el último cuarto.

Pero el Barcelona es mucho Barcelona y enjugó por la vía rápida la mitad de la renta desde la línea de tres. Pero en cuanto entraban en la zona, el aro se les hacía pequeño.

Todo lo contrario que al Zunder. La confianza le enrachó. 65-58 a falta de tres minutos. No corría el tiempo para goce y desesperación de los palentinos. Tan cerca y tan lejos.

Pero Brown estaba en su día de gloria. No se borró. Estuvo más presente que nunca. Asumió la responsabilidad que se le supone y fue llevando a sus compañeros hacia arriba en el marcador. 67-60 a falta de dos minutos.

Pero es que nadie se escondía hoy. Ndiaye, el joven jugador, sorprendió con 5 puntos y cero complejos a la hora de tirar.

Un minuto. Queda un minuto y el Zunder gana de 4. Pero la distancia se queda en solo un punto a falta de 38 segundos para el final. Está cerca. Posesión de nuevo para el Zunder. Pero el  Barcelona se acerca. Dos tiros para el Zunder. Sólo entra uno. Dos para el Barcelona, sólo uno también. Cinco segundos y el Zunder Palencia, el debutante, le gana de uno al campeón de liga.

Cinco segundos y posesión. De nuevo dos tiros para el Zunder. Esto es eterno. Entra el primero. Uno más y al menos la prórroga. Dentro también.

Y tiempo muerto. Cuatro segundos. Saca el Barcelona pero la defensa palentina ataja en falta. Pedían antideportiva. No la conceden: Grimau insiste con su challenge. Tampoco.

2,8 en el segundero y tiros para Laprovittola. Uno dentro. El otro no porque tira a fallar. El rebote le cae a él mismo y encesta de dos. 72-72

Nos vamos a la prórroga.

Prórroga.

Cinco minutos para la gloria en mayúsculas o la gloria en normal. Pero gloria, porque plantarle cara al Barça es merecedor de ello.

El encuentro se reactivó el juego. El Zunder eléctrico arriba, intenso abajo. No dejando anotar cómodo.

Pero los rebotes no se aseguran en defensa. Una mina para un Barcelona poco acertado en la primera jugada. Uno abajo el Zunder Palencia, a falta de 1:18.

De tres en tres en tres se anota en el final del encuentro: 81-82. Es que no se llega a defender el tiro desde los 6,75.

Un toma y daca a falta solo de 26 segundos con posesión para el Zunder que se pone por delante con dos tiros libres. Falta y los tiros de nuevo para Laprovittola. De nuevo uno abajo y sólo 4 segundos para lograr la victoria. Lanza Franke y con todo el pabellón y la televisión expectante… el balón no entra.

Victoria sobre el papel para el Barcelona, pero victoria en lo moral para el equipo palentino, para el pabellón y para la afición. Porque este Zunder no se parece en nada al de Santiago. Porque este Zunder puede hacer disfrutar. Porque como diría aquel, la vida, la intensidad del baloncesto, es maravillosa… incluso perdiendo. Una derrota, histórica. La primera como local en la ACB.

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