¿Trabajan con la idea de que lo peor ha pasado, o el temido rebrote de otoño puede venir con fuerza?

Efectivamente, pensamos en estos momentos que lo peor ha pasado, pero tenemos un interrogante en el futuro: no podemos descartar un rebrote y no sabemos en qué fechas. Lo que tratamos es de prepararnos para, si aparece otra vez el virus circulando entre nosotros con esa intensidad, estar listos para enfrentar esa situación.

Esto nos pilló por sorpresa como sociedad, pero también a nivel epidemiológico…

Es una situación que nunca imaginas vivir con esa instensidad. Es cierto que están recogidas pandemias a lo largo de la Historia, pero desde Salud Pública se trabaja de manera muy intensa en la prevención en el campo de las enfermedades infeccionsas, que siempre nos pueden dar un sobresalto.

Dentro del Sistema de Salud está diferenciada la parte asistencial y la preventiva, y desde Salud Pública siempre trabajamos para evitar esas situaciones y las temidas pandemias. Un ejemplo es la gripe, en cuyo caso siempre trabajamos con virus parecidos, adaptando la vacuna a las predicciones de cambios antigénicos que hace la OMS, y la población está preparada, pues es un virus que circula entre nosotros habitualmente y tenemos cierto nivel de anticuerpos.

Pero con los virus y las enfermedades infeccionesas lo acabamos de ver: parece mentira, pero estábamos desarmados. Lo que nos ha pasado era absolutamente inesperado. Efectivamente, ya habíamos tenido avisos de coronavirus y otras experiencias nos han demostrado que los virus a veces dan sorpresas: recordemos la aparición del SIDA a finales de los 80, las fiebres hemorrágicas o el ébola. Nos demostraron que son agentes muy poderosos que nos encuentran bastante indefensos. Pero una pandemia a estos niveles no era esperada y, a pesar de que por parte tanto del Sistema Asistencial como de Salud Pública se ha hecho lo indecible por intentar contener la situación, lo cierto es que el virus empezó a circular entre la población de una manera muy rápida, se desbordó todo el sistema y el resultado ha sido lo que hemos vivido en estos últimos meses.

Uno de los asuntos que nos preocupó en Palencia y en toda  Castilla y León fue ese desplazamiento de personas procedentes de otras comunidades que supuso un reto inmediato. ¿Notaron un trasvase de tarjetas sanitarias?

Es Sacyl quien tendría ese dato, pero efectivamente podemos diferenciar varias etapas a lo largo de este tiempo: en un primer momento, cuando empezamos el diagnóstico precoz de los casos, generalmente eran personas procedentes de otras comunidades u otros países. En esa primera etapa se aplicó el diagnóstico precoz y estudio inmediato de contactos para contener que no se difundiera entre la población. Y efectivamente, después la transmisión del virus se disparó, Madrid fue el punto clave y las comunidades limítrofes hemos sido las más afectadas. Vemos el caso de Segovia, que se ha visto afectada por la pandemia de una manera mucho más acentuada que el resto de las provincias. Pero en esa etapa el virus ya empezó a circular entre toda la población y se desbordó el control de los casos. Se seguía haciendo el diagnóstico precoz y seguimiento de contactos, pero ya estábamos en una fase de transmisión comunitaria que era muy difícil de gestionar.

«No se trata de que no podamos relacionarnos, sino de cómo nos relacionamos con los demás»

Ahora vemos que el virus circula menos y hemos vuelto, en esta fase de transición, a intensificar el diagnóstico precoz y seguimiento de contactos para, si aparece un caso aislado o pequeño brote familiar, intentar que eso no trascienda al resto de la población.

¿Cómo se está preparando la Sanidad en Palencia? Con esos rastreadores de los que se habla tanto, ahora que el peso recae más sobre la Atención Primaria

Quiero dejar las cosas absolutamente claras: uno de los aspectos fundamentales de la Salud Pública es la vigilancia epidemiológica, que se realiza en los Servicios Territoriales, desde la Sección de Epidemiología.

La Sección de Epidemiología depende directamente de la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León. Y es una Dirección que depende directamente de Secretaría General, mientras que por otro lado está Sacyl, que forma parte de la Gerencia Regional y se ocupa de la parte asistencial.

La vigilancia epidemiológica radica en la Dirección General de Salud Pública, reflejada en los Servicios Centrales en Valladolid y los Servicios Territoriales. Y concretamente, en el Servicio Territorial de Palencia, la Sección de Epidemiología está dotada en estos momentos de dos epidemiólogos y dos enfermeras de vigilancia epidemiológica. Son cuatro sanitarios, más el personal auxiliar, y están reforzados y ayudados por otros profesionales del Servicio Territorial.

Están desde el inicio de todo esto trabajando a tiempo completo, haciendo horas y horas. Para ellos no ha habido sábados, domingos o Semana Santa… Nada. Han trabajado a una intensidad tan grande como merecía la situación.

¿Ahora qué ocurre? Tenemos que reforzar el diagnóstico precoz y estudio de contactos. Y estos rastreadores -no me gusta la palabra- se van a llamar Responsables del Seguimiento de los Contactos. Pero no quiere decir que vayan a hacer la vigilancia epidemiológica, que se sigue realizando aquí. Hay que llegar a toda la población y el seguimiento de los contactos en esta fase es muy estrecho, como fue al principio: hay que llamarles cada día, que se tomen la temperatura, comprobar que están bien, etcétera.

En todas las enfermedades transmisibles, y en particular en la Covid, cada vez que existe sospecha de un caso, antes incluso de confirmar que es positivo se inicia el estudio de contactos. Al caso se le pide que identifique a todas aquellas personas con las que ha estado en contacto estrecho en los últimos 15 días, a nivel social, familiar o laboral. Y a esas personas hay que hacerles un seguimiento. Lógicamente, eso se hace mejor desde sus Centros de Salud, su médico o enfermero.

«Todos queremos recuperar la normalidad, pero vamos a ser cautos y hacerlo de forma progresiva»

Es decir, aquí se realiza la vigilancia epidemiológica, pero en contacto con el sistema asistencial. Insisto: la red de vigilancia agrupa a la estructura orgánica (que somos la Dirección General de Salud Pública) y a la estructura funcional, que son los centros de salud, hospitales y también todos los centros sanitarios privados, porque están sometidos al Decreto de Vigilancia, con la obligación de declarar al sistema todas las enfermedades infecciosas consideradas de Declaración Obligatoria. Depende de cómo sean se declaran de manera semanal o de manera urgente, y en el caso de la enfermedad Covid, los casos confirmados se declaran de forma urgente al sistema para iniciar la encuesta epidemiológica de los mismos.

Se ha hecho todo desde la Sección de Epidemiología y ahora, estas personas que van a colaborar en los centros de salud, enfermeros, se van a dedicar al seguimiento de esos contactos.

¿Y esa red está lista?

Sí, ya están trabajando coordinados por una persona del Servicio Territorial.

Preocupa a los alcaldes del medio rural el aumento de la población en verano

Preocupa, y mucho. Porque efectivamente tenemos muchos núcleos de población que no han tenido ningún caso. Y ahora que hemos pasado del confinamiento a ir recuperando la normalidad poco a poco, preocupa mucho la llegada de personas de otras comunidades o municipios que han tenido mayor incidencia de coronavirus.

Pero nosotros seguimos diciendo que en esto, como en la mayoría de las enfermedades, lo mejor es la prevención, e insitimos muchísimo en que se mantengan ciertas medidas que todos conocemos porque se han difundido mucho desde distintos ámbitos: distanciamiento, higiene de manos… Ahora tenemos que ser especialmente cuidadosos cuando recuperemos la normalidad, con el tema de las terrazas o las actividades de verano.

«Si un turista tiene síntomas, debe acudir al centro de salud. Da igual que no sea de aquí: los protocolos son los mismos»

Usted, como ciudadana, sale de trabajar y quizá va a pasear por Palencia. ¿Qué ve? ¿Somos responsables?

Siempre hay excepciones, pero sí, hemos sido bastante responsables en una primera etapa de confinamiento. Y ahora ves un poco de todo. En general quiero pensar -y me consta que así es- que la mayor parte de la población sí es responsable. Pero hay un pequeño porcentaje que piensa que esto es cosa pasada; que había muchas ganas de recuperar esa situación en la que puedo salir y tengo necesidad de volver a relacionarme con la gente, etcétera.

Y no es que no podamos relacionarnos, sino cómo nos relacionamos. Lo que tienes que intentar es mantener esa distancia, higiene de manos o no compartir determinados utensilios o cosas de uso personal; el uso de la mascarilla cuando no respetamos los dos metros de distancia. No sabemos lo que nos puede esperar en un futuro. No podemos correr riesgos, ahora tenemos que ser especialmente cuidadosos y responsables.

¿Se ha entendido la desescalada, de alguna manera, como un premio y no como una responsabilidad que debemos cuidar?

Efectivamente, sobre todo en un grupo de población joven que, bueno, vive las cosas de otra manera y piensan que esto ha pasado, que quieren recuperar la normalidad con los amigos y salir… ¡Todos queremos recuperar la normalidad! Pero vamos a ser cautos y hacerlo de manera progresiva, aprendiendo a hacer las cosas de otra manera.

¿Usted cree que habrá actividad cultural o lúdica? ¿Prevén que pueda ser compatible?

Lo sabremos según vayamos pasando de una fase a otra. No es un aspecto puramente sanitario, nos lo irán diciendo y lo importante es que nos vayamos amoldando. Ojalá haya actividades culturales, pero de momento vamos a esperar.

Hay quien cree que será un buen momento para el turismo de interior. ¿Es compatible esto con una vigilancia efectiva? Tenemos, por ejemplo, el Camino de Santiago con un tránsito muy importante

Si todas estas cosas se reinician, la vigilancia va a seguir de la misma manera, porque una persona que está alojada en un hotel o haciendo el Camino de Santiago, por ejemplo, tiene que cumplir una serie de medidas, al igual que las personas responsables de esos establecimientos, a quienes se les están dando guías y recomendaciones. Por supuesto, si el peregrino va solo por el campo puede ir sin mascarilla, pero si se va a reunir con otros peregrinos tendrán que respetar las distancias y medidas. Y sobre todo, diagnóstico precoz: ante un mínimo síntoma, contactar con un centro de salud, que los tienes en todo el Camino de Santiago o en cualquier municipio al que te vayas a desplazar. A todas las personas con sospecha  de Covid se les hace la PCR y en 24 horas se confirma y se toman las medidas adecuadas. Da igual que sea aquí o en el lugar al que te desplaces: los protocolos de vigilancia son los mismos.

«Ha habido lágrimas, momentos en los que costaba mantener el tipo. Pero había que estar, y estar fuerte»

¿La capacidad para hacer test PCR está garantizada?

Al principio hubo dificultad -insisto en que eso forma parte del Sistema Asistencial- en tener posibilidad de realizar las pruebas. No era fácil conseguir estos test en el mercado. Posteriormente la situación ha cambiado y se va a dar respuesta a todas las situaciones que lo requieran.

¿Cuál ha sido el momento más duro para usted, para sus compañeros, y cuál el más gratificante?

A nivel personal, y sobre cómo se ha vivido aquí en la Sección de Epidemiología, la situación desde mediados de marzo fue tremenda. Empezábamos con la notificación de casos y se fueron sumando problemas como la situación de las residencias, el sistema sanitario absolutamente desbordado, ver la cantidad de personas vulnerables que podían verse afectadas y las defunciones que vivimos… Verdaderamente han sido semanas muy duras. Desde la Delegación Territorial de la Junta, que hemos estado coordinando día a día todo este dispositivo en conjunto con otras administraciones, esto se ha vivido de una manera muy intensa y muy dolorosa. Ha habido lágrimas. Ha habido momentos en los que costaba mantener el tipo. Pero había que estar, y estar fuerte.

Y gratificante, ver los profesionales tan extraordinarios que teníamos en primera línea. Ellos no podían quedarse en casa, han estado ahí dándolo todo: el personal sanitario desde el primero al último; trabajadores de las residencias, de los centros asistenciales… Ha sido increíble. Y también ha sido muy gratificante ver cómo la población se ha volcado en donar material en las primeras fases en las que había cierta dificultad para proveer de EPIs a todo el mundo: tanto particulares como empresas o asociaciones. La recogida en la Delegación Territorial superó todas las expectativas; empresas que se ofrecieron a hacer equipos de protección… Fue espectacular.

¿Qué le pide a la población en esta etapa?

Mucha responsabilidad y prudencia. Todos tenemos muchas ganas de verano, de estar con nuestra familia, con nuestros amigos, incluso de tener unas merecidas vacaciones. Pero todo dentro de la responsabilidad. Los estudios de seroprevalencia nos dicen que hay muy poca población con anticuerpos, en Palencia por debajo del 10 %.

¿Qué va a pasar con el coronavirus? No lo sabemos. Somos vulnerables. El futuro que tenemos por delante con el coronavirus es un poco incierto. Nadie puede garantizarnos que no haya un segundo brote. Hemos hecho un gran esfuerzo como población, hemos sido responsables, nos hemos quedado en casa. ¿Y ahora? Prudencia. Mucha prudencia y responsabilidad para no echar a perder el esfuerzo que hemos hecho.

 

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