La artista Pilar Centeno en su taller de creación
La artista Pilar Centeno de Palencia,trabaja en uno de sus esmaltes

Pilar Centeno trabaja y crea piezas únicas desde hace más de 25 años con estos dos materiales como epicentro de su experiencia y formación artística en Palencia

Diferente y soñadora. Una artista que se divierte mientras trabaja y realiza creaciones fuera de lo común, pero todo a partir de sus manos, formación y experiencia. Así es Pilar Centeno, una veterana experta que se formó en la Escuela de Artes y Oficios de Palencia en diversas disciplinas, aunque la pintura, el esmalte y la seda centran su pasión y trabajo por encima del resto. Además, ejerció como profesora en este ámbito en los Centros de Acción Social y en la Universidad Popular de Palencia.

Recuerda que en la escuela comenzó a saber lo que quería hacer y lo que no. Acto seguido, compró un pequeño horno para casa y empezó a investigar para averiguar los aciertos, errores y los resultados más óptimos, porque asegura que lleva más de 25 años de trabajo junto al esmalte.

Las reproducciones en esmalte de cuadros y obras famosas nunca han sido lo suyo, dado que su tendencia se ha basado en “prueba y error” y sin un significado en concreto a través de creaciones propias, de la mano de una disciplina complicada.

Para cualquier otra pintura, con los tres colores básicos (azul, amarillo y rojo) obtienes el resto, “algo maravilloso”, pero con el esmalte no, porque se debe tener miles de pequeños botes con números, los cuales catalogan el color final que saldrá tras ser fundido. “Se me pueden olvidar mis hijos, los nietos o fechas, pero no los números de los colores”, dice.

Entre todos los botes, destacó uno de aspecto blanquecino, pero que cambia completamente tras ser fundido, al dar lugar a un rojo precioso, aclaró, que se une a otros doce más de la misma apariencia blanca.

Sorpresa y emociones

“No se puede prejuzgar nada, porque el horno es la sorpresa”. Todo ello para dar lugar a creaciones personales que se basan en determinados tonos, colores y formas, a modo aleatorio, aunque comenta que se deje vencer con cierta frecuencia, y las gamas cromáticas de los azules vencen en el trabajo de Pilar Centeno.

Con esta especie de azulejos resultantes del proceso de esmalte produce una composición que da lugar a una escultura, los cuales tiene encargos o acude a exposiciones y muestras artísticas para poder mostrar sus resultados.

Para ello, explica que se machaca el cobre, se mete al ácido, se da contra esmalte, horno, se vuelve a meter al ácido y se limpia para poder a trabajar. A partir de ahí, el proceso es “fundir, fundir y fundir” con pequeños trozos.

Su pasión y buen hacer llega hasta tal nivel que la fachada de su estudio está decorada con más de 100 piezas de esmalte azul divididos en diversos bloques. “Me gusta meterme dentro de los colores, de los materiales y del mundo artístico. Un subidón que da cuando empiezan a salir poco a poco los colores, eso es una maravilla absoluta”, asevera Centeno.

A la tranquilidad de la seda

De igual manera que con el esmalte, Pilar Centeno lleva más de 25 años de trabajo en torno a la seda, quien comenzó a jugar con los colores y a lograr piezas de aspecto bello, gracias al uso de seda natural procedente de China, que viene totalmente blanca. “Primero se lava, porque en internet y YouTube hay vídeos y marranadas que no se deben hacer”, comenta.

Tras ello, se extiende en un bastidor de madera y se emplea una pintura más gruesa y especial para delimitar las formas que quiere hacer, ya sean flores, elementos abstractos u otros diseños para pasar a pintar.

Acto seguido, se deja secar 24 horas en el mismo bastidor para, de manera posterior, ser pasado por una autoclave donde permanece toda la noche. Al día siguiente, la pieza en cuestión es lavada y planchada y quedaría listo, desgrana.

Estos productos artesanos se venden y tienen gran aceptación, quien subraya que los diseños y motivos no tienen un por qué o un significado en particular. “Me pongo y como que estoy pintando a óleo. Hay veces que diferencio unas creaciones de otras con algunos reactivos, ya sea sal y alcohol, que degrada los tonos”.

Colores y creaciones

Señala que, una vez acabada, hace uso de las pinturas para tela, las cuales son más espesas, y modifica el resultado final para que el pañuelo, en este caso, sea diferente y cada uno tenga otro aspecto, porque asegura, de manera irónica, que “pintar todo el día florecillas es muy pesado”.

Aunque hace uso de multitud de colores, priman la gama de los azules, porque tiene una especie de debilidad hacia esa tendencia, muchas veces sin conocimiento. Además de pañuelos de seda, realiza vestidos y echarpes, todo ello artesano, a mano y con diseños únicos fuera de la uniformidad.

En la exposición que ha estado abierta al público en la Biblioteca Pública de Palencia ha mostrado piezas de seda enmarcadas, que son igual que un pañuelo artesano, pero trabajados de una manera diametralmente opuesta a la forma en la que se debe trabajar una seda.

“Lo probé y me encantó”, dado que una seda jamás debe posarse encima de una superficie, aunque sea otra seda, pero en la exposición se aprecian piezas enmarcadas en una especie de cuadro. La idea nace en conjunto con su marido, arquitecto de profesión, por lo se decidió partir la pieza enmarcada, lo que aporta transparencia y movilidad.

Centeno deja claro que siempre está inventando, aunque para llegar al número diez hay que desechar los nueve anteriores, quien apunta que se aprende mucho más de los errores que de los aciertos.

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