germán martinez
Foto @masquebasketpal

El base del Zunder Palencia se muestra más confiado y seguro en su juego gracias al apoyo del cuerpo técnico y el apoyo de la afición morada

Este inicio de Liga que estáis teniendo es el soñado por cualquier equipo. ¿Qué sensaciones tenéis entre los compañeros?
Pues la verdad que intentamos llevarlo con toda la naturalidad posible, por lo menos yo. No hay que venirse arriba porque no somos el Real Madrid ni el Barcelona. Tenemos que saber que ahora, por ejemplo, hay una etapa muy dura en la que vienen partidos contra los de arriba y tenemos que estar calmados, con los pies en la tierra, porque sino en cualquier momento te puedes ir abajo.

¿Pensáis en jugar la Copa Princesa?
Obviamente. Si seguimos así podemos competir por la Copa Princesa. Yo la jugué el año pasado y fue una pasada, pero eso tiene que ser un objetivo a medio plazo, la atención no puede estar en otras cosas que no sean lo que puede hacerse en el siguiente partido. Pero también te digo que mola más, como Granada el año pasado, perder la Copa, pero ascender (risas).

En estas once jornadas hemos visto como has ido creciendo en la pista. Parece que se ha notado más desde que te tocó asumir una mayor responsabilidad con la lesión de Alec. ¿Necesitabas ese extra de exigencia para explotar?
Hay que admitir que la lesión hizo que mis minutos aumentasen. Pasar de los 17, 18 por partido a los 28, 29, es un cambio de rol en el que sabes que vas a tener más tiempo el balón en la mano y aumentan tus posibilidades para hacer cosas. También tener la seguridad y la confianza que siempre ha tenido Pedro, a mí me ayuda muchísimo. Y yo también he mejorado muchísimo este año por culpa de Alec, porque es de los mejores bases de la categoría, y aunque ha estado lesionado y todavía tiene que encontrarse de nuevo, que lo hará enseguida, pero yo no estaría en esta situación sin el trabajo con él, sin mis compañeros y sin Pedro.

Hace poco nos preocupamos por el golpe que recibiste y que te partió un diente. ¿Qué tal te encuentras después del susto?
Cuando me dieron el golpe en el momento fue curioso porque no me dolió nada, fue más el tocar con la lengua y darme cuenta que tenía un huequecito. De hecho al árbitro le dije que parara el partido porque tenía que encontrar el trozo que se me había caído, aunque luego no me lo pusieron porque si no te lo ponen en el momento no sirve. Pero bueno, es verdad que luego jugué mejor (risas). Cosas así suelen pasar en el baloncesto, con una mano, codo… Pero he aprendido a que ya me voy a hacer un protector bucal.

Este año estás cedido por el Granada. ¿Qué siente un jugador cuando tu equipo decide que te va a ceder a otro? ¿Eso frustra o se ve como una oportunidad?
A mí ya me cedieron dos años a Plata cuando ascendimos a Oro, y yo creo que es algo que me ha venido muy bien porque lo importante para un jugador, para desarrollarse, es jugar. Tu puedes entrenar todo lo que quieras pero si no estás compitiendo no vas a poder mejorar de verdad y no vas a poder sentir lo que se siente en un partido. Yo ya me hice la idea cuando ascendí con Granada, que había una gran posibilidad de que me cediesen. Creo que era lo mejor en el sentido de que igual en ACB no iba a jugar, iba a ser un año casi en blanco aunque hubiese intentado ganar mi hueco, pero venir aquí, a un equipo que iba a estar arriba, con un entrenador que ha sido de los mejores bases de Leb Oro y ACB y donde iba a aprender muchísimo, ha sido muy bueno para mí. Obviamente al principio te da un poco de rabia, pero luego al meditarlo y reflexionarlo dices: bueno yo creo que va a ser lo mejor.

Si hablamos de los partidos que habéis jugado a domicilio… no ha habido ninguno en el que no hayáis tenido a afición palentina apoyándoos. Esto lo tenéis que vivir de manera muy especial…
Sí, a mí me ha sorprendido muchísimo la afición que hay en Palencia, ya no solo por los partidos de aquí, que el pabellón está casi lleno, sino me sorprendió muchísimo, por ejemplo, cuando fuimos a Guipuzcoa, que se llenaron dos autobuses, y cuando fuimos a Cantabria, yo decía: pero si hay aquí más gente de Palencia que del otro equipo. También es verdad que en un partido yo soy de esos jugadores que no escucho nada de lo que hay alrededor, pero luego cuando termina, lo ves, lo reflexionas y dices: esto está chulísimo. El apoyo que nos da la afición es brutal y a nosotros nos encanta.

Se te ve una persona cercana con la afición, con los niños… ¿Tu eras uno de esos niños que de pequeño iba a los partidos del Unicaja y se acercaba a los jugadores?
Sí, fui a muchas veces a ver al Unicaja porque vivía en Málaga. Cuando se es niño, a mí me hubiese gustado que el jugador fuese lo más cercano posible. Por eso cuando tenemos algún acto con el club yo estoy feliz porque me encantan los niños, intentar motivarlos, enseñarles… también influye que estudio Ciencias del Deporte, quiero ser profesor de Educación Física.
Pero también hay que ser cercano no solo con niños, sino con todo el mundo, yo creo que hay que agradecerles con algo de amor que vengan, porque no somos superestrellas, sino que somos personas normales que venimos aquí, nos ponemos las zapatillas y metemos la pelota por el aro.

¿Eres supersticioso? Hay una cosa que me pasa. Necesito tener las zapatillas súper atadas. En los partidos me puedo atar los cordones 18 veces.
¿Cuál sería el regalo perfecto para ti? Un libro, desde el confinamiento me enganché a la lectura y ahora estoy casi todo el día leyendo.
¿Cuál es el deporte que peor se te da? Cualquiera relacionado con el baile.
¿Qué momento o experiencia de tu vida te gustaría repetir? Mi etapa de Bachillerato, me la pasé genial, en el baloncesto y en el colegio.
¿Cuál es tu día favorito del año? La Navidad para ver a la familia.
¿Qué es lo que te hace más feliz en tu día a día? Pequeñas cosas, el ponerme a leer, disfrutar de una serie con mi pareja, que salga el sol después de días de lluvia, ver los perrillos que me encantan, eso me hace feliz.

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