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Emilio Guerrero, hermano de Virginia, y los letrados Ramón Chippirrás , Carmen Balfagón y Begoña Tejerina en una rueda de prensa en 2022. / Brágimo (ICAL)

Acusan al Juzgado de Cervera de “no tener muchas ganas de trabajar” y reclaman que se usen ahora prácticas forenses no disponibles entonces

ICAL

El despacho Criminológico Jurídico Balfagón & Chippirrás presentó el pasado jueves un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Palencia al entender que el Juzgado de Cervera de Pisuerga “no tiene muchas ganas de trabajar” tras realizar un auto de sobreseimiento y de archivo de las actuaciones sobre la desaparición, en el año 1992 de Virginia Guerrero y Manuela Torres, conocidas como las niñas de Aguilar. Señalaron que “no se han agotado todas las líneas de investigación” en el caso para localizar o saber qué paso con ellas, dado que existen “flecos” de los que tirar.

Entre las diversas diligencias presentadas, solicitaron que se utilicen los medios y avances disponibles actualmente para drenar la mina Fontoria, la cual se hizo en su momento pero de manera somera, así como inspeccionar la cueva Cervatos, la cual fue señalada en un informe de la Guardia Civil como un lugar idóneo para ocultar dos cadáveres, aunque no se actuó en ella ante la falta de medios en el año 1994.

Durante una rueda de prensa, la defensa recordó que la causa se reabrió debido a que una persona vio en un programa de televisión el caso y aseguró que también había sufrido algo muy similar en fechas y años concordantes con la desaparición de las denominadas niñas de Aguilar.

El Juzgado de Cervera decidió abrir esa línea de investigación, aunque la defensa apuntó que, en ese momento, ya tenían presentada un recurso de reforma solicitando la práctica de unas diligencias que ya se habían presentado. Con esta nueva línea de investigación, la defensa se plegó a la decisión del órgano judicial y esperó al hallazgo de resultados. “No se ha sabido nada de lo que se ha realizado, porque se dictó inmediatamente secreto de sumario”, añadieron.

Tres líneas de actuación

De las tres líneas de investigación, se centraron en dos principales, tanto la opción A como la opción B, ya que se apela para que se mantengan algunas diligencias sobre estas dos líneas descritas. Y es que, en la A hay una persona investigada que tiene que ver con los hechos que declara la espectadora del programa, que declaró que, contra su voluntad, intentaron llevarse a su amiga y a ella.

La Guardia Civil realizó una serie de investigaciones, pero después de casi seis meses de secreto de sumario, todavía no se sabe de qué color era el coche que llevaba el señor de la opción ‘A’. La investigación no lo aporta y se fía de las afirmaciones del propio hombre, afirmaron.

Por ello, se ha solicitado averiguar el color del Seat 127 que tenía en ese momento el hombre en cuestión, porque una línea “no se puede cerrar así”. “No me vale que este señor diga que era de color marrón, mientras el Instituto Armado no lo aclara”, razón por la que se quiere continuar por esa vía hasta tener una explicación certera.

Sin pasaporte

En el caso de la opción ‘B’, detallaron que se trata de la línea es en la que más diligencias se han pedido en relación a su aparición en el sumario de la desaparición de Virginia y Manuela, porque quedan “muchas lagunas”. La investigación señala que este hombre viajó a EEUU en un determinado momento, que coincide con momentos muy posteriores al suceso.

Las diligencias que se llevan a cabo durante el periodo tras reabrirse la causa “demuestran que esta persona no tenía pasaporte”, de ahí que la defensa se pregunte cómo pudo viajar hasta ese país. “Con este hecho tan contundente e injustificado, el Juzgado de Cervera de Pisuerga entiende que no hay indicios”, subrayaron.

Además, hay una testigo que observa como las niñas se introducen en un coche Seat 127 de color blanco el día de su desaparición. Ese vehículo iba conducido por un hombre con unas edades comprendidas entre los 20 y 25 años, según la versión de esa testigo en 1992 y que ha ratificado después.

Sin fotografías.

El señor de la opción ‘A’ tenía en aquel momento 31 años, mientras que la opción ‘B’ tendría 21 años, pero nadie enseño en su momento fotografías de ellos a la testigo, algo que tampoco se ha producido actualmente. Aclararon que todo ello provoca que sea otra de las causas que obliga a presentar en el recurso de apelación la práctica de unas nuevas diligencias.

“Evidentemente, no se presenta el recurso ante el Juzgado de Cervera, ya que, en el auto, hay que lamentar errores durante la investigación que calificaron, de nuevo, como falta de ganas de trabajar”.

En España, gracias a un instrumento de ratificación con Naciones Unidas, las desapariciones no prescriben, salvo que aparezca la persona o su cadáver. “Entendemos que esto no ha acabado y no sabemos por qué no se sigue investigando”. “Me duele la actitud del juzgado y del auto que firma la juez, pero, todavía más, la actuación del fiscal, al ser el que tiene que ejercer esa acusación en nombre del pueblo. Pues el fiscal tampoco observa ningún indicio tras todo lo plasmado”, aseveraron desde la defensa.

Mina y cueva

Desde el despacho Criminológico Jurídico Balfagón & Chippirrás explicaron que una de las diligencias que se pidieron de manera reiterada y se vuelve a solicitar actualmente a la Audiencia Provincial es la puesta en valor de la recepción de un anónimo que reitera, en dos ocasiones, que se busque a las niñas en la mina Fontoria, que es de magnesita y se encuentra en la zona, cuyo diámetro es de seis metros.

En su momento, inspeccionaron la zona las unidades subacuáticas de la Guardia Civil, aunque solo llegaron hasta un punto porque había mucho lodo. Igual que se ha realizado otras acciones, como en el río Guadalquivir en otros casos, se preguntaron si es tan difícil es drenar la mina con solamente seis metros de diámetro. Pero el juzgado “no ha entrado a valorar nada y ha dicho directamente que no”.

En segundo lugar, se encuentra la cueva Cervatos, donde en un informe de la Guardia Civil en el año 1993, se señala que es un lugar idóneo para ocultar dos cadáveres, aunque no se lleva a cabo su inspección, ya que la Benemérita “carecía de medios en ese momento”. A la contra, hoy en día existen medios más que suficientes con georradares u otros aspectos técnicos. “Veremos qué dice la Audiencia Provincial para decir que no a esta diligencia”, sentenciaron.

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