Plaza de toros de Palencia. / E.G. (ICAL)

Dados los problemas para evacuar el agua del albero, se cambiará la arena y el sistema de drenaje del coso de Campos Góticos para evitar la acumulación de agua de lluvia

Uno de los espectáculos más llamativos de la antigua Roma eran las naumaquias. Dados a inventar nuevas fórmulas para entretener al público, a los descendientes de Luperca les dio por recrear batallas navales en sus coliseos. Inundaban el coso de agua, metían recreaciones de barcos… y a luchar en un mini mare nostrum.

Lejos quedan esas recreaciones de batallas navales (la nabal con B, la tenemos cada año en Monzón de Campos) y lejos queda de la intención de la Diputación, propietaria del Coso de Campos Góticos, eso de inundar el albero de la plaza de los 100 días. Más bien todo lo contrario.

Es lo que se desprende del contrato que acaba de sacar para renovar el albero de la plaza que durante años no tuvo Puerta Grande. Y lo va a renovar porque no filtra. Porque el albero no es solo arena ya sino que se ha contaminado con arcillas y limos, y el material de gravas que debiera mantenerse muy por debajo de la superficie ha comenzado a aflorar. Esto es, que además de charcos sempiternos cuando llueve, también se encuentran piedras gruesas aflorando como en una calzada romana.

El proyecto

“El albero dispuesto en el ruedo de la plaza de toros está tipificado como “fino”. Del estudio de su curva granulométrica se observa la presencia de finos asociado a limos y arcillas. Estos finos ocasionan la formación de barro en la superficie del ruedo y la menor
infiltración del agua de lluvia”, explica el proyecto, redactado por José Luis Martín Lapresa.

La capa inferior de gravas se encuentra contaminada por el árido fino del albero. Es decir. Lo que debía estar en la superficie, se ha caído al fondo, de forma que la grava que debía drenar se encuentra apelmazada y no permite la salida del agua.

Ante esto, se ha decidido por cambiar toda la estructura de la superficie donde se desarrollan los espectáculos taurinos y musicales (cuando se programan) y mejorar además la red de salida del líquido elemento.

Lo que se hará

Salvo una parte del albero actual, que tras su limpieza se guardará para su posterior uso, se levantará todo el material que está por encima de la solera de hormigón sobre la que se asienta el ruedo.

De abajo a arriba, se creará una nueva red de canalizaciones drenantes, por medio de tuberías perforadas que lleven al agua hacia la salida del coso. Estas tuberías estarán integradas dentro de una capa de 25 centímetros de gravas que serán totalmente nuevas y de una granulometría adecuada para este fin.

Sobre esta capa, y para evitar que el albero en sí caiga sobre la grava impidiendo hacer su labor drenante, se colocará una barrera física mediante una malla geotextil.

Y sobre ella, 10 centímetros de albero -no más de 20- que se conformarán en parte con material actual retirado en la primera fase y en parte con nuevo material acopiado desde canteras como la existente en Alcalá de Guadaira. Se compactará todo ello hasta tener una densidad de 1,9 tm/m3.

De forma paralela a esta mejora del albero se contempla el suministro de separadores prefabricados de hormigón para la zona donde se acopia el albero de reserva y la construcción de una arqueta en el centro del coso, donde se alberga la boca de riego. Así, caiga lo que caiga (que por ahora este año no es mucho) ese agua pueda ser evacuado fuera de una plaza que, todo sea dicho, desde su construcción solo ha visto cómo se suspendía un festejo taurino mayor por la lluvia. Fue el 1 de septiembre de 2003, con Joselito, Ponce y Morante acartelados.

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