La Turbina de los Sentimientos.

O cómo un amigo le pasó unos poemas a otra amiga… Y terminaron publicados por una importante editorial

Francisco Javier Gómez dice que tiene «mucho» guardado en casa. Cuentos, sonetos, poemas visuales, artículos, guiones de cómic… Pero donde más tesoros alberga este profesor de Filosofía en la Escuela de Arte Mariano Timón, es en el alma. Lo saben sus amigos y por eso le animaron a comenzar a publicar hace unos años.

Lo hicieron los ilustradores Félix Ruiz y Félix Velasco, con quienes publicó un anterior poemario y otros trabajos como la serie de novela gráfica Cosmita, de Velasco. Y lo supo también aquel amigo al que le pasó sus últimos poemas, que se los entregaría despés a la profesora María Jesús Buxó, quien le pidió a un importante editor de poesía, Juan Pastor (Devenir), que los leyera. Y así fue como su colección La turbina de los sentimientos ha llegado a publicarse bajo este sello de gran reputación en la poesía en español.

Dedicado a su madre Pepa -que acababa de fallecer por aquel entonces- y a su pequeña hija Alicia, La turbina de los sentimientos motiva al lector a «degustar el valor de lo cotidiano y lo efímero, pero también de lo perdurable, como el amor o la muerte». Presenta los poemas en tres partes que viajan desde las amargas emociones que evoca la muerte y el inexorable paso del tiempo, hasta la esperanza por el futuro que encarnasu hija, pasando por la admiración de aquellas personas a quienes dedica una elegía, bien por sus méritos o, sencillamente, por defender el derecho a amar y vivir.

Y en ese viaje no deja de lado su interés por explorar otras formas de expresar y jugar con las palabras, como los aforismos poéticos de sus Versos sentenciados, o creaciones vanguardistas como su Poema Cromosómico Multiformado, representado en un cuadro en el que expone, en varios planos, «realidades no perfectas sobre la existencia a partir de esa X de la que parte».

Quienes conocen a este fromisteño, que escribe desde los 13 años, saben también de su enorme compromiso con el mundo en el que vive: es secretario de su centro, miembro activo del sindicato de enseñanza STEs, voluntario en colectivos sociales y colabora con todo aquel que se lo pida en materia literaria y artística, como cuando apostó por impulsar la publicación de revistas de cómic por los alumnos de la Mariano Timón. Ese compromiso queda patente también en su poemario, donde no oculta el horror sentido, y transformado en el precioso homenaje Elegía a Sonia, ante la muerte de una joven palentina que dio su vida por ayudar a un automovilista herido en un accidente.

La turbina de los sentimientos, cuyo título homenajea al escritor astudillano César Muñoz Arconada, se publicó justo antes del estallido de la pandemia, por lo que su presentación ha tenido que esperar a que las aguas se calmaran. Su autor espera poder retomar la ronda de presentaciones en librerías y ferias en los próximos meses, mientras prepara un libro ilustrado de cuentos infantiles inspirado en aquellas historias que le cuenta a su pequeña Alicia, que este mes cumple tres años.

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