Dos personas echan combustible a sus vehículos en una gasolinera. / ICAL

La provincia de Palencia fue la que más elevó el respostaje de carburantes en los nueve primeros meses del año, un 21,3 por ciento, para cerrar septiembre con unas ventas de 120.081 toneladas

El consumo de carburantes de automoción siguió su recuperación durante los nueve primeros meses de 2023, a pesar de la eliminación de la bonificación de 20 céntimos por litro a los particulares (se mantienen diez céntimos por litro para los profesionales) y los elevados precios, y se situó en 1,48 millones de toneladas en Castilla y León, un 0,9 por ciento más que en el mismo periodo del año anterior. Sin embargo, el repostaje siguió por debajo de las cifras de antes del estallido de la pandemia de Covid, ya que en 2019 alcanzaba 1,56 millones de toneladas, es decir, hoy todavía se consume un 4,9 por ciento menos en la Comunidad.

Los datos los facilita la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores) precisan que el consumo mayoritario para transporte siguió siendo el Gasóleo A, con 1,24 millones de toneladas, aunque descendió un 0,1 por ciento en comparación al año anterior. En relación a 2019, se recortó su utilización un 7,5 por ciento.

Por el contrario, los castellanos y leoneses repostaron 234.406 toneladas de Gasolina 95, con un aumento del 6,6 por ciento respecto a 2022, y del 13,3 por ciento frente al dato de 2019. En el caso de la Gasolina 98, su consumo alcanzó las 11.803 toneladas hasta septiembre, un 7,4 por ciento más; aunque el dato representa una caída del 20,3 por ciento respecto a 2019.

Un análisis provincial revela un comportamiento desigual en el consumo de combustibles de automoción durante los meses de estudio. Así, se elevó respecto a 2022, en cinco provincias y descendió en cuatro. El peor comportamiento se produjo en la leonesa, donde se redujo un 5,8 por ciento hasta septiembre, con 269.192 toneladas. Asimismo, también se contrajo un cuatro por ciento en Salamanca, hasta las 210.512; un 3,5 por ciento en Segovia, con 90.754, y un 1,8 por ciento en Soria, para bajar a 62.927.

Por el contrario, la provincia de Palencia fue la que más elevó el respostaje de carburantes en los nueve primeros meses del año, un 21,3 por ciento, para cerrar septiembre con unas ventas de 120.081 toneladas. Ya lejos de ese porcentaje se situaron Burgos y Valladolid, con avances del 4,5 y 4,4 por ciento, respectivamente, y 238.592 y 261.359 toneladas, en cada caso. El consumo de carburantes también se elevó un 1,3 por ciento en la provincia abulense, y llegó a 73.367 toneladas; y en la zamorana, un 0,1 por ciento, con 154.256.

Consumo de carburante en Castilla y León / ICAL

Campo

Por otra parte, el informe que facilita Cores, recogido por Ical, también revela el mal comportamiento en el consumo de Gasóleo B, el dirigido a la maquinaria agrícola, durante una campaña desastrosa marcada por una profunda sequía.

En concreto, entre enero y septiembre, agricultores y ganaderos de la Comunidad, repostaron 391.694 toneladas de este gasóleo profesional, lo que supone un desplome del 16,3 por ciento en relación al mismo periodo del año anterior. En cifras absolutas, los profesionales de campo, redujeron el consumo en 76.393 toneladas respecto al año anterior.

Por provincias, en todas mermó el consumo, con especial intensidad en Segovia (34.507 toneladas), un 21,8 por ciento; y en León (67.766), un 20,1 por ciento. Además, se contrajo en Salamanca (42.395), un 19,9 por ciento; en Ávila 826.042), un 17,3 por ciento; en Soria (21.240), un 16,1 por ciento; en Palencia (38.724), un 15,7 por ciento; en Valladolid (58.916), un 15,3 por ciento; en Burgos (59.179), un 12,3 por ciento; y en Zamora (42.925), un 7,5 por ciento.

Objetivo 2030: un 20% menos

“Los antimicrobianos son medicamentos cruciales. Sin embargo, a lo largo de los años, su uso excesivo e indebido han provocado un aumento de la resistencia a los antimicrobianos; es decir, que los antimicrobianos pierden su eficacia y tratar las infecciones resulta cada vez más difícil, si no imposible”, explican desde la Comisión Europa, que precisan que es lo que ha llevado al refuerzo de las nuevas recomendaciones que se centran en la prevención y el control de las infecciones; la vigilancia y el seguimiento; la innovación y la disponibilidad de antimicrobianos eficientes, el uso prudente y la cooperación entre los Estados miembros y a escala mundial.

Los objetivos de Europa para 2030 pasan por una reducción del 20 por ciento del consumo total de antibióticos en seres humanos; al menos el 65 por ciento del consumo total de antibióticos en seres humanos debe ser eficaz (uso del antibiótico adecuado); y una reducción de las infecciones con tres claves bacterias resistentes a los antibióticos, que se aplican principalmente a los hospitales.

Datos por provincias

Si se analiza la prescripción de envases por áreas de salud, se observa un camino muy similar en estos últimos cinco años, con los mayores descensos registrados en Valladolid Oeste (-17,82 por ciento) y El Bierzo (17,61 por ciento). Por encima la caída del 12,31 por ciento de la media autonómica se situaron Ávila (-15,44 por ciento), Burgos (13,53 por ciento), así como Segovia (13,65) y Palencia (13,25).

Los descensos fueron menos pronunciados en León (7,15 por ciento), Salamanca (8,09 por ciento), así como en Soria (13,10 por ciento), Valladolid Este (11,96) y Zamora (11,18 por ciento).

Por último, en cuanto al impacto económico, los envases dispensados pasaron de suponer 13,33 millones para las arcas de Sacyl en 2018, a los 11,42 millones en 2022, con caídas paulatinas a lo largo de los cinco años analizados. Así, en 2019 la factura fue de 12,39; en 2020, de 9,44 millones, y en 2021, de 9,97 millones.

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