Investigan en Palencia a una mujer y a su hijo por un presunto delito de maltrato animal, después de descubrir a dos menores enterrando el cadáver de un perro junto al Vial.

O daba de comer a los perros o a sus hijos. Esa es la disyuntiva a la que, según afirmó a la Policía Nacional, se enfrentaba una vecina de Palencia, debido a su mala situación económica, según ha indicado en un comunicado de prensa el Policía Nacional. En dicha nota se afirma que la mujer y el hijo de esta están siendo investigados por un presunto delito de maltrato animal.

Y es que la Policía Nacional ha identificado a una mujer de 45 años y a su hijo de 17, menor de edad, como presuntos autores de un delito de maltrato animal. Los hechos que desencadenaron esta investigación tuvieron lugar a primera hora de la tarde del pasado día 1 de marzo, cuando unos vecinos alertaron a los agentes de que dos personas, portaban una bolsa que le resultaba poco adecuada, en función del lugar y hora y se disponían a enterrarla.

No podrían imaginarse la mujer ni los agentes que llegaron a ese punto qué es lo que había dentro. Pero antes de abrir la bolsa, los agentes tuvieron que correr detrás de las dos personas a las que encontraron tratando de deshacerse de la bolsa. A pesar de darles el alto, fue necesario contar con el apoyo de otra patrulla para dar retener a un varón de 17 y una mujer de 19 años y hermanastros entre sí.

Un galgo muerto

Según indica la Policía Nacional, se procedió a desenterrar la bolsa, y en su interior se encontró “un perro galgo, casi esquelético, con evidentes síntomas de desnutrición y a la que le habían extraído su chip identificador, para evitar la identificación de su propietario”.

Policía Nacional citó a los progenitores para comparecer en Comisaría y recabaron de las Administraciones Públicas competentes quienes pudiesen hacerse cargo de los restos del animal y su necrosis.

Momentos después se personó en Comisaría la madre del menor, quien voluntariamente quiso declarar sobre los hechos, manifestando “estar atravesando una precaria situación económica, que la enfrentó a la disyuntiva de dar de comer a su hijo e hijastra, antes que a los tres perros que tiene, y de los que no se quería desprender, por el gran cariño que les profesaba”, señala la Policía Nacional en su comunicado de prensa.

La situación llevó al inevitable fallecimiento de la galga, la más pequeña y débil, “algo, que dice, no pudo prever”. Ante la posibilidad de que los otros dos perros corrieran la misma suerte, se dio aviso a la Policía Local de Palencia para que se hiciese cargo y coordinara el traslado de los otros dos canes a la protectora de animales.

Sin poder enterrarlo

La aducida situación económica “le impedía dar un entierro al animal, por lo que se vio obligada a deshacerse de el, y decidió extraerle el chip y darle sepultura de esa manera”, afirma la Policía que se defendió la mujer ante los agentes.

La Policía Nacional dio aviso a los servicios municipales y la Policía Local trasladó al can a la Clínica Veterinaria Bigotes de la capital para que le realizara la necrosis que determinará la causa del fallecimiento del animal y sus condiciones previas.

Policía Nacional completó su investigación decretando a la compareciente como mera investigada, no detenida, dadas las circunstancias concurrentes y dando traslado de lo actuado a la Autoridad Judicial.

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