Recorrer el corazón de Palencia a través de la mayor concentración de arte Románico que espera declaración de la UNESCO

Descubrir y conocer el Románico Palentino es adentrarse en el corazón de Palencia, en una de sus señas de identidad a través de las rutas por la provincia que concentra el mayor número de monumentos románicos y que espera ser declarado Patrimonio de la Humanidad, toda vez que el Congreso de los Diputados aprobó una PNL para impulsar su reconocimiento por la Unesco.

Desde el Cerrato y la Montaña Palentina, pasando por capital, Valdavia y Ojeda hasta llegar al Camino de Santiago, las iglesias y templos románicos salpican la provincia de Palencia, cada uno con su encanto, su peculiaridad y su belleza.

Son tres las zonas de la provincia de Palencia que acumulan mayor concentración de Románico como son el Camino de Santiago; el sur de la provincia, en el entorno de la capital, y en la zona norte, en La Ojeda, Boedo y Valdavia.

Frómista y Carrión de los Condes son dos de las principales paradas del Camino de Santiago. En Carrión es visita obligada el Monasterio de San Zoilo, donde se encuentra el sepulcro de los infantes de Carrión, quienes se casaron con las hijas del Cid Campeador, mientras que la iglesia de Santiago destaca por su portada, culmen de la arquitectura gótica.

En Frómista, el antiguo Monasterio de San Martín de Tours, considerado uno de los máximos exponentes del románico palentino, donde confluyen las influencias de los caminos que proceden de jaca y de Santiago de Compostela, mientras que se puede seguir la ruta hasta Villalcázar de Sirga, para adentrase en el templo fortaleza de Santa María la Blanca, ejemplo de transición del románico al gótico cuya Virgen Blanca inspiró a Alfonso X en su cantigas.

El románico del sur tiene su mayor joya en la cripta de San Antolín de la Catedral de Palencia, popularmente como ‘la bella desconocida’ y que es la tercera seo más grande de España. Esta cripta tiene una parte más antigua, visigoda, del siglo VII, y otra que data del siglo XI donde se conservan los restos del santo y mártir San Antolín.

TORRES MÁS ALTAS.

El recorrido lleva hasta la cercana Villamuriel de Cerrato, donde se alza imponente la Iglesia de Santa María la Mayor, construcción que data de comienzos del siglos XIII y cuya torre es una de las más altas de la provincia, mientras que en Dueñas se encuentra el Monasterio cisterciense de San Isidro, popularmente conocido por los chocolates La Trapa. Esta ruta llega hasta la basílica visigoda de San Juan de Baños, en Baños de Cerrato o hasta la iglesia de Nuestra Señora de la Paz de Cevico Navero.

El norte de Palencia aglutina la mayor cantidad de templos que visitar y donde se encuentran algunos de los grandes tesoros del románico como la ermita de San Pelayo, en Perazancas de Ojeda, considera una de las construcciones más antiguas, data del año 1076, y en cuyo interior se encuentran las únicas pinturas románicas de Palencia.

En Moarves de Ojea es parada obligada la iglesia de San Juan Bautista, cuya portada su está coronada por friso escultórico que deslumbró a Miguel de Unamuno quien la describió como: “una bella portada de encendida encarnadura”; mientras que la esbelta ermita de Santa Cecilia espera al viajero, encaramada a una roca, en Vallespinoso de Aguilar.

En Aguilar de Campoo, considerada como la capital del románico norte y de la Montaña Palentina, se encuentra la ermita de Santa Cecilia, una de las edificaciones más representativas, y el Monasterio de Santa María la Real, cuyo primer documento data del siglo XI y que perteneció en su origen a la orden de Cluny y que actualmente acoge el Rom, el museo del románico.

La colegiata de San Miguel es de estilo gótico pero conserva la portada románica de su fachada occidental, así como algunos ventanales y algunos sepulcros del siglo XII, mientras que es reseñable la cabecera y portada de la iglesia de San Andrés, originariamente a los pies del castillo de Aguilar pero que a principios del siglo XX se trasladó junto al río Pisuerga, en el barrio de El Soto.

Próximo a Aguilar se encuentran las iglesias de los monasterios de Becerril de Carpio y Santa María de Mave, que se cree que se levantó sobre un templo primitivo del siglo IX.

Siguiendo el recorrido hacía el norte de la provincia se encuentra Matalbaniega, cuya iglesia de San Martín de Obispo, de una sola nave muy alta, cuenta con una cornisa que sostienen 70 canecillos con diferentes representaciones, eróticas, de animales, músicos…y se cree que perteneció a un conjunto monacal, mientras que en Villanueva de la Torre destaca la sencilla y sobria torre de su iglesia, sin dejar de hacer una parada en los restos de la iglesia de Brañosera y en el caserío de Salcedillo.

La ruta lleva hasta Cervera, rodeada por una multitud de localidades que atesoran joyas arquitectónicas, como en San Salvador de Cantamuda, cuya iglesia formó parte de un monasterio que se levantó en 1181 y que es uno de los máximos exponentes del románico montañés.

En Cervera es parada obligatoria en la ermita de San Vicente, rodeada de una necrópolis fechada en los siglos VIII y IX, y la iglesia de Santa María del Castillo, que se encuentra en un alto y que formó parte de una fortaleza medieval.

Imagen: A.V.C.

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