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«El escenario lo cura todo» es el lema de la gira con la que Víctor Manuel ha decidido celebrar su 75 aniversario. Una reflexión obtenida de un verso de la canción “No seré nunca juguete roto”, que cantaba junto con Ana Belén en “Para la ternura siempre hay tiempo” (1986).

«Efectivamente, el escenario cura todo menos lo incurable», reflexiona el autor en la presentación de este tour tan especial, que tendrá parada en el Teatro Ortega de Palencia el domingo 26 de noviembre a las 19:00 horas.

En esta gira, el cantautor echa la vista atrás, hasta ese momento en el que, siendo un adolescente, devoraba los programas de Discomanía y hacía sus primeros pinitos con aquella guitarra que le regaló su tío Quico.

Su concierto ‘La vida en canciones (El escenario lo cura todo)’ es un compendio musical a sus «largos años de canciones y carretera». De “Soy un corazón tendido al sol” a “La sirena”, “Planta 14”, “El abuelo Vitor” o “Paxarinos”; pasando por éxitos como “Solo pienso en ti”, “La madre”, “Luna”, “Ay amor”, “Canción pequeña”… Del “Cuélebre” a “Nada sabe tan dulce como su boca”, “Cruzar los brazos”, “Allá arriba al Norte”, “Digo España”, “No seré nunca juguete roto”, “El hijo del ferroviario”, “Adonde irán los besos”, “Nada nuevo bajo el sol” o “Tu boca una nube blanca”…

Víctor Manuel (1947, Mieres del Camino, Asturias) siempre ha tenido el don de crear canciones sobre temas en los que nadie había reparado o con los que nadie se había atrevido, teniendo como hilo conductor a personajes a los que había observado desde el respeto, el cariño, la admiración, el humor, la crítica y a menudo la nostalgia, dibujando minuciosos retratos al detalle, de más o menos tres minutos; los que dura una canción.

Imposible resistirse a la mirada melancólica del abuelo Vítor, sentado en el quicio de la puerta, que le procuró su mayor éxito de juventud y lo descubrió como ese compositor sensible que, sin embargo, no rehúye la pincelada dolorosa. O a aquel hombre roto que ponía cada día la mesa para dos, aunque su relación con su pareja, también masculina, ya se acabó, mientras se preguntaba quién puso más en aquel amor.

O aquella mujer que, con idéntica determinación que dolor, le compró a su hijo yonqui la más pura para que se fuera para siempre y dejara de sufrir. Solo por ‘La madre’, aunque el compositor no hubiese escrito una sola línea más, ya se habría ganado un lugar de oro en la historia de los cantautores más destacados de nuestra historia.

Las entradas para su concierto en Palencia tienen un precio entre los 45 y los 69 euros.

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