El cofrade Luis Ángel del Campo elabora limonada en la cofradía de los Nazarenos de Palencia. FOTO: BRÁGIMO (ICAL)

La Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Madre la Virgen de la Amargura de Palencia explica la importancia de esta bebida que se consumirá mañana junto al rosco de Anís en los Nazarenos

ICAL

Como forma de reponer fuerzas tras la penitencia y como lazo de hermandad tras los duros y largos días de procesiones durante Semana Santa. La limonada, junto al rosco de anís y las almendras garrapiñadas, se convierten en protagonistas durante el Domingo de Resurrección, en forma de colación, como tradición palentina.

Poco se puede contar de la receta de este brebaje, ya que es secreta y centenaria, asegura a la Agencia Ical el bodeguero de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Madre la Virgen de la Amargura de Palencia, Luis Ángel Nieto.

El cofrade Luis Ángel del Campo elabora limonada en la cofradía de los Nazarenos de Palencia. FOTO: BRÁGIMO (ICAL)

Afirma que lleva 62 años en la cofradía, aunque su tío también fue bodeguero, por lo que viene de familia. Aunque hay unas bases, aclara que se producen ligeras modificaciones según cada hermano que desempeña la responsabilidad en la elaboración de la bebida.

La limonada de los nazarenos se caracteriza por el sabor, donde “no tiene que saber a vino ni azúcar, pero sí dejar un sabor final a limón”. Y es que, hay que buscar la mejor elaboración para que guste a todos, además de que no tenga muchos grados.

“Aquí viene todo el mundo y pasan los cofrades de todas las hermandades. No hay ni una cofradía que no venga, será por la limonada”, afirma entre risas Nieto, quien es ayudado por Marina del Campo, el que será el relevo en la bodega.

Más de 600 litros

Detallan que realizaron cerca de 600 litros para beber durante la Semana Santa, que se suman a otras 700 botellas listas para vender con la pegatina de la propia cofradía.

Marina del Campo se encarga del embotellado. FOTO: BRÁGIMO (ICAL)

La limonada se consume de manera gratuita en la propia cofradía, pero también se venden botellas, a un precio simbólico, para aquellos cofrades o visitantes que quieren llevarse ese detalle.

Del Campo apunta a la Agencia Ical que usan la cáscara del limón, agua y azúcar. Tras pasar unos días, se incorpora el vino, que se da vueltas y se remueve durante un tiempo determinado. Hasta ahí se puede leer, porque poco más se puede confesar.

La bebida tiene unos diez grados, aunque no es exacto, dado que el azúcar puede hacer que la graduación aumente, mientras que el agua puede provocar el efecto contrario, agrega.

La mujer se convierte en el futuro relevo generacional en la elaboración de la limonada, con 25 años en la cofradía. “Lo he conocido toda mi vida, aunque ahora está mucho más mejorada”.

La limonada se bebe cuando se finaliza cada procesión, tanto las propias como las ajenas, dado hay que recordar que, en la ciudad de Palencia, el resto de cofradías participan y colaboran en el resto de actos.

Botellas de limonada de la cofradía. FOTO: BRÁGIMO (ICAL)

Además, la limonada tiene acto de presencia tras finalizar las reuniones y cabildos, como forma de crear vínculo y hermandad entre todos los asistentes, donde muchos de ellos se ven las caras cuatro veces al año y es una forma de unión y tradición.

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