Imagen de una competición celebrada en el circuito de Torquemada.

Ambas localidades han recibido un Estudio de Impacto Ambiental positivo para sus instalaciones, funcionando incluso desde hace décadas

Un campo, unas balas de paja y unos montones de tierra eran apenas necesarios para generar un motocrós en los pueblos de la provincia. Unas instalaciones alegales, a veces en terrenos municipales, en las que los amantes del motor, los saltos y el barro saliendo disparado entrenaban y hasta competían.

Pero lo que era aceptable cuando se comenzó a utilizar, por ejemplo, el de Villada (“en un momento indeterminado anterior a 1994”), señala el expediente del Estudio de Impacto Ambiental), no lo es ahora, cuando todo debe estar regularizado. Y para mover una piedra, limpiar un seto o cambiar cualquier configuración del circuito se necesitan permisos y estar conforme a la normativa.

Y esa regularización es la que pretenden los Ayuntamientos la Villada y de Torquemada que van a realizar actuaciones en sus circuitos para “adecentarlos y adecuarlos a la normativa” para que sean “un destino apetecible para los amantes de las motos”, explica a Palencia en la Red el alcalde electo de Villada, Manuel Gañán.

Para poder actualizarlos y acometer una serie de obras necesitaban “un Estudio de Impacto Ambiental” que es lo que acaban de recibir ambos Ayuntamientos. Unos estudios con un resultado positivo por la escasa incidencia en el medio ambiente de las instalaciones. Porque no habrá que construirlas, puesto que las de ambos pueblos están realizadas desde hace años, y porque en el momento en el que se abandonen, la reversión a su situación inicial no será complicada.

Solo en los momentos en los que se disputen pruebas o entrenamientos se producirá una afección importante en materia de ruidos, por lo que entre las medidas correctoras se recomienda la plantación de especies vegetales que sean capaces de retener ese exceso de sonoridad. Pantallas vegetales, lo denominan. Además, dicen, será obligatorio que solo participen motos con silenciador.

Fauna.

Aunque en las inmediaciones de ambos circuitos se han detectado ejemplares de animales, especialmente aves, incluidas en el listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, lo cierto es que su afección se limita, dice el estudio, al ruido. Porque el otro riesgo, el del atropello durante las competiciones o los entrenamientos, se solventa con la obligación de crear un vallado que evite la entrada de los animales al circuito.

“Se trata de una obra de cierta importancia ya y tenemos que conversar y buscar la colaboración de los clubes de motos de Villada”, apunta el regidor de Villada, cuyo circuito se encuentra en la zona recreativa conocida como El Pantano.

El de Torquemada se encuentra en los entornos de Valdesalce, en una ladera, por lo que sus usos agrícolas solo podrían ser compatibles como zonas de pastos.

Otra de las medidas de atenuación de los efectos que tener los circuitos se trata de la utilización de balas de paja para detener las posibles escorrentías de agua, así como la retirada de tierras contaminadas por la precipitación de carburantes o lubricantes por accidente.

Carburantes.

“Se elaborarán protocolos de actuación específicos en previsión de la ocurrencia de incidentes de este tipo, para poder así actuar de la manera más rápida posible y evitar la contaminación de las aguas superficiales y/o subterráneas. El promotor deberá establecer un protocolo para la disposición de materiales contaminados y se deberá garantizar la limpieza del recinto y su entorno inmediato”, detalla el documento.

Los circuitos

Cabe recordar que los dos circuitos han sido incluidos en pruebas del campeonato provincial de motocross en años anteriores y también en campeonatos avalados por la Federación de Motociclismo de Castilla y León.

El motocrós de Villada tiene capacidad para la competición simultanea de no más de 40 participantes. Su longitud aproximada es de 1.356 metros sobre pista de tierra. No dispone de edificaciones, contará con un cierre perimetral con rollizos de madera y malla de acero galvanizado ganadera ligera, y aparcamiento. Por otro lado no dispone de instalaciones de aseos ni de suministro de agua potable. Solo existe “una nave almacén para la gestión del área recreativa que permite el almacenamiento del material de señalización a utilizar en las posibles competiciones y la herramienta necesaria para el mantenimiento del circuito”.

En este caso, desde el Ayuntamiento estiman que ya para este año no se podrán acometer las obras pero sí iniciar los procesos para llevar a cabo las labores de actualización y mejora de su circuito.

El de Torquemada, construido en 2005, tampoco tiene edificaciones, cerramiento perimetral ni aparcamiento, utilizándose como aparcamiento del circuito una tierra agrícola anexa. La longitud aproximada del circuito es de 1.300 metros y una anchura aproximada de 6 metros, sobre pavimento de tierra, que permite la participación simultánea de hasta 40 participantes.

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